La lactancia materna puede considerarse una de las acciones más naturales y afectuosas entre la madre y su recién nacido. Sin embargo, cuando las mamás primerizas empiezan a hacerlo, pueden sentir que se adentran en un mundo desconocido. Es posible que hayas visto a otras mamás amamantar con mucha facilidad, pero la verdad es que se necesita tiempo, paciencia y práctica para perder el miedo.
¿Por qué debo amamantar?
Las ventajas para la salud del proceso de lactancia materna son tan inmensas que organismos sanitarios como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) han recomendado la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. A continuación, te explicamos los motivos:
- Nutrición perfecta: Tu leche materna contiene la cantidad adecuada de proteínas, grasas, vitaminas y minerales según la etapa de desarrollo en la que se encuentre tu bebé.
- Protección inmunitaria: La leche materna contiene una gran cantidad de anticuerpos que protegen a tu bebé contra infecciones y enfermedades. Eso es algo que la leche de fórmula no puede igualar: sus propiedades para fortalecer el sistema inmunitario.
- Mejora la digestión: Al bebé le resulta más fácil digerir la leche materna que la leche de fórmula, por lo que hay menos casos de malestar estomacal, estreñimiento y cólicos.
- Tiempo de vinculación: La lactancia es una actividad que facilita el contacto piel con piel, lo que lleva a la secreción de la hormona oxitocina, que facilita el vínculo emocional.
- Salud de la mamá: La lactancia materna también ayuda a que el útero vuelva a su estado anterior al embarazo al disminuir la hemorragia posparto. También puede reducir las posibilidades de cáncer de mama y de ovario, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas posteriormente en la edad adulta de la mamá.

¿Cuándo empezaré a producir leche?
La leche comienza a producirse incluso antes de que nazca tu bebé. Tus senos comienzan a producir calostro (un líquido espeso y amarillento conocido coloquialmente como “oro líquido”) en el segundo trimestre del embarazo. Este calostro contiene cantidades increíblemente altas de nutrientes y factores de protección inmunitaria. Además, es un alimento ideal para dar a tu bebé durante sus primeros días de vida.
Por lo general, la leche madura aparece entre 2 y 5 días después del parto. Cuando esto ocurre, los senos pueden sentirse más llenos, firmes y cálidos, lo que indica un aumento de la producción. Para algunas madres, esta transformación parece ocurrir de forma muy lenta y sutil, mientras que para otras es bastante drástica. Es posible que no sientas los senos llenos, pero tu propio sistema está produciendo lo que tu bebé lactante necesita.
¿Cómo empiezo a alimentar a mi bebé lactante?
La primera hora de vida ha sido denominada la hora dorada, ya que es el momento más importante de la vida para empezar a amamantar. Para empezar, haz lo siguiente:
- Adopta una posición cómoda, que puede ser la posición de cuna, la posición de fútbol americano o la posición acostada de lado. Utiliza almohadas para ayudarte a apoyar los brazos y la espalda.
- Fomenta un agarre profundo: Coloca al bebé sobre ti en lugar de colocar el pecho sobre el bebé. Solo tienes que esperar a que abra bien la boca para que puedas colocarlo correctamente sobre el pezón y la areola.
- Intenta conseguir un buen agarre: Los labios deben sobresalir y la barbilla debe estar presionada contra el pecho. Asimismo, debes oír cómo succiona y traga.
- Durante los primeros días, no te preocupes por la duración de la toma, siempre y cuando tu bebé se agarre de manera correcta.
No ignores la situación si se produce después de los primeros momentos de la toma, ya que puede provocar dolor en los pezones y problemas de alimentación. Contratar a una especialista en lactancia de inmediato puede ayudar.
¿Con qué frecuencia debo alimentar a mi bebé?
Los recién nacidos suelen comer entre 8 y 12 veces al día, lo que equivale a cada 2 o 3 horas durante todo el día. No tiene nada de malo: sus pequeños estómagos solo pueden contener pequeñas cantidades de leche líquida cada vez.
Alimentar al bebé cuando lo pida, en lugar de seguir un régimen rígido, garantizará el establecimiento saludable del suministro de leche, además de mantener al bebé satisfecho. Presta atención a las señales de hambre previas, como:
- Moverse o estirarse.
- Meter las manos o los dedos en la boca y chuparlos.
- Girar la cabeza hacia tu toque opcional (arraigamiento).
Si alimentas a tu bebé antes de que empiece a llorar, le resultará más fácil agarrarse al pecho y ambos sentirán menos estrés.
¿Cuánto tiempo debe durar una toma?
No existe una respuesta válida para todos los casos. Algunos bebés succionan con eficacia y terminan en 10 minutos, mientras que otros pueden tardar entre 30 y 40 minutos en completar la toma. En promedio, se tarda entre 10 y 20 minutos por pecho.
Los indicadores de que tu bebé lactante ha terminado de comer son los siguientes:
- Liberación natural del pecho.
- Manos y cuerpo relajados.
- Disminución de los movimientos de succión o de sujeción.
Deja que tu bebé termine el primer pecho antes de ofrecerle el segundo, para que tome la leche final más grasa, que se encuentra al final de la toma.
¿Cómo aumentar tu suministro de leche?
Tú produces leche según un sistema de oferta y demanda: cuanto más succione tu bebé lactante de los senos, más producirá tu cuerpo. Para aumentar la producción, puedes realizar lo siguiente:
- Amamanta con regularidad: No te saltes ninguna toma.
- Utiliza la compresión del pecho para ayudar a vaciar los pechos durante la lactancia.
- Extrae entre tomas en caso de que necesites estimular la producción de leche.
- Bebe mucha agua y come alimentos saludables: Intenta obtener entre 300 y 500 calorías adicionales cada día a partir de alimentos de buena calidad.
- Duerme siempre que tengas tiempo: El estrés y el agotamiento pueden influir en la producción de leche.
- La oxitocina también puede aumentar con el contacto piel con piel y el porteo del bebé, lo que, de nuevo, ayudará al flujo de leche.
Un enfriador de leche materna portátil puede ser muy útil si deseas almacenar leche. El enfriador portátil de leche materna Momcozy - 22 oz se puede utilizar para almacenar leche cuando sales de casa, ya sea para ir al parque, visitar a la familia o hacer recados. Tiene aislamiento térmico, es hermético y está pensado para madres ocupadas que necesitan cierta comodidad y una funcionalidad perfecta.
¿Qué pasa si tengo que volver al trabajo?
Sin embargo, volver al trabajo no significa que tengas que dejar de amamantar. A continuación, te explicamos cómo puedes hacerlo:
- Extrae leche con antelación: Puedes empezar a extraer leche materna unas semanas antes de volver al trabajo para tener una reserva.
- Busca un buen sacaleches: Un sacaleches eléctrico doble puede acelerar y agilizar la extracción de leche.
- Conoce las pautas de almacenamiento: A temperatura ambiente, la leche fresca se puede almacenar hasta 4 horas, en el refrigerador hasta 4 días y en el congelador entre 6 y 12 meses.
- Comenta tus necesidades con tu empleador: Explícale que necesitas un lugar limpio, que no sea el baño, para extraer la leche, lo cual es obligatorio por ley en la mayoría de los países.
- Elabora un horario: El objetivo debe ser extraer leche cada tres o cuatro horas a lo largo de la jornada laboral para mantener tu producción.
Las mamás que trabajan o las que viajan con frecuencia necesitan el equipo adecuado y eso les ayudará a todas. El calentador portátil ultrarrápido de leche materna y agua para viajes es ideal para calentar la leche de forma segura y uniforme sin tener que buscar un enchufe durante los viajes, ya sea en la oficina, en un viaje por carretera o en un avión.
Leche Materna y Agua
Calentamiento Rápido
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¿Cuáles son las dificultades más comunes a las que se enfrentan las mamás que amamantan?
La lactancia materna es un proceso natural, pero eso no significa que sea el más fácil. Los problemas más habituales son los siguientes:
- Senos o pezones sensibles: A menudo son provocados por una succión superficial, pero se pueden aliviar con crema de lanolina o almohadillas de hidrogel.
- Congestión mamaria: Trátala amamantando cada dos o tres horas, extrayendo la leche manualmente o con un sacaleches.
- Conductos galactóforos obstruidos: Usa compresas calientes y frota hacia el pezón.
- Mastitis: Es una infección de los senos que provoca dolor, enrojecimiento y fiebre. Contacta a un médico de inmediato.
- Alimentación en racimos: Es temporal, pero agotadora. Suele ocurrir durante los brotes de crecimiento.
- Los especialistas en lactancia, los pediatras y los grupos de apoyo a la lactancia materna pueden ayudar a superar estos contratiempos de manera significativa.
Preguntas frecuentes
¿Cómo lidiar con las fugas de leche?
Las fugas más abundantes se producen durante los primeros meses, cuando la producción aún no se ha regulado. Usa discos de lactancia desechables o reutilizables, que deben cambiarse con frecuencia. También puedes evitar que los senos se llenen demasiado mediante la lactancia o la extracción de leche.
¿Cómo puedo saber si produzco suficiente leche?
Lo más probable es que lo estés haciendo bien si tu bebé lactante aumenta de peso regularmente, moja al menos seis pañales al día y parece satisfecho después de la mayoría de las tomas. En caso de que te preocupe, una especialista en lactancia puede realizar una toma con pesaje para comprobar cuánta leche toma tu bebé.
¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre mi bebé?
Aprende a identificar los primeros signos de hambre, por ejemplo, inquietud, arraigamiento y chuparse las manos. El llanto es un síntoma de agotamiento y puede complicar el agarre.
¿Cómo se benefician las mamás de la lactancia materna?
Además de reducir los riesgos para la salud a largo plazo, la lactancia materna ahorra tiempo y dinero. Tu cuerpo lo produce todo: no hay que preparar leches de fórmula, limpiar biberones ni gastar dinero adicional en comprar leche para bebés.
Conclusión
La lactancia materna puede ser más que un medio para alimentar a tu bebé, es una oportunidad para criarlo a nivel emocional, físico y de desarrollo. La curva de aprendizaje puede ser pronunciada, pero cada toma será un paso adelante y ayudará a establecer la confianza y la conexión. Sé paciente contigo misma y confía en tu instinto. Nunca es mala idea pedir ayuda a alguien. No es un signo de debilidad, sino todo lo contrario. Tu experiencia con la lactancia materna es individual y cada gota de leche que le das a tu hijo es una bendición.