Durante la lactancia, uno de los motivos de preocupación más comunes entre las madres es si la cantidad de leche que producen es la adecuada. Una disminución de la leche materna puede afectar la nutrición y el crecimiento del bebé y resultar estresante para la madre. Conocer los signos de una disminución de la producción de leche es el primer paso para tomar las medidas adecuadas.
¿Cómo saber si la cantidad de leche que produces es baja?
Hay varios indicadores que pueden sugerir una baja producción de leche:
Baja frecuencia de pañales mojados y sucios
Los bebés suelen necesitar cambios frecuentes de pañal. En promedio, un recién nacido puede mojar entre seis y ocho pañales y realizar evacuaciones intestinales varias veces al día. Cuando un bebé recibe suficiente leche, sus pañales contienen una orina pálida y de olor suave y unas deposiciones consistentes. Un descenso en el número de pañales mojados o sucios, o pañales que contienen orina oscura y de olor fuerte, puede ser un indicador de que el bebé no está tomando suficiente leche. Si este cambio persiste, se considera especialmente preocupante y requiere una consulta con el pediatra.
Pérdida de peso significativa o falta de aumento de peso
Monitorear el peso del bebé es un método sencillo para evaluar su salud y estado nutricional. Los recién nacidos pueden perder inicialmente entre 7%-10% de su peso al nacer, pero suelen recuperarlo entre los días 10 y 14 de vida. Si un bebé pierde peso después de este periodo o no muestra signos de aumento de peso sostenido, podría ser un indicio de que la cantidad de leche que recibe es insuficiente para satisfacer sus necesidades de crecimiento. Los controles periódicos del peso, idealmente durante las consultas pediátricas, pueden ayudar a seguir la tendencia del crecimiento y dar la alarma si dicha trayectoria se desvía de los patrones típicos.
Signos de deshidratación en tu bebé
La deshidratación es un problema grave en los bebés y puede llegar a agravarse rápidamente. Los signos de deshidratación incluyen menos de seis pañales mojados al día, boca notoriamente seca, una zona hundida y blanda en la cabeza y, en casos graves, falta de lágrimas al llorar. La orina puede parecer más oscura y concentrada, lo que refleja un mayor contenido de residuos debido a la reducción de la ingesta de líquidos. Estos síntomas requieren atención médica inmediata para abordar las causas subyacentes, que podrían incluir una ingesta inadecuada de leche.
Cambios en el comportamiento del bebé
El comportamiento del bebé ofrece valiosas pistas sobre su estado de salud. Los bebés que no reciben suficiente leche pueden mostrarse más irritables o letárgicos. Pueden quedarse dormidos poco después de empezar a mamar o mostrar signos de frustración separándose del pecho con frecuencia. Además, si el bebé parece excesivamente somnoliento, no muestra interés por mamar o tiene un llanto débil y apagado, pueden ser signos de que no está recibiendo suficiente alimento. Es importante que los cuidadores observen los periodos de actividad del bebé y los comparen con sus fases más apagadas para conocer las diferencias entre el comportamiento normal y los posibles problemas de alimentación.
Señales falsas de baja producción de leche
Es fácil interpretar erróneamente los comportamientos normales como signos de un bajo aporte de leche. He aquí algunos errores comunes:
Dificultad para extraer la leche
Muchas madres se preocupan cuando no pueden obtener grandes cantidades de leche utilizando un sacaleches. Sin embargo, la cantidad de leche que extraen estos dispositivos depende de varios factores, como el tipo de bomba utilizada, el ajuste de la brida y la comodidad de la madre durante la sesión de extracción. Algunas mujeres pueden extraer leche de forma natural con más eficacia mediante la lactancia que con el sacaleches. La clave está en evaluar la producción de leche en función del crecimiento y la satisfacción del bebé, y no únicamente por el volumen extraído.
Tomas frecuentes
Es normal que los bebés se alimenten a menudo. La lactancia materna no es solo una cuestión de alimentación, sino también de consuelo y establecimiento de vínculos afectivos. Los bebés suelen tomar el pecho con más frecuencia durante los periodos de crecimiento rápido, cuando están enfermos o cuando necesitan más consuelo. Esta toma frecuente, conocida como «alimentación reconfortante», ayuda a tranquilizar y calmar al bebé y es una parte natural de su desarrollo.
El bebé se despierta por la noche
Es normal que los bebés se despierten por la noche para alimentarse. Los recién nacidos, en particular, tienen estómagos pequeños y necesitan alimentarse de forma regular las 24 horas del día. El hecho de que el bebé se despierte por la noche para alimentarse no significa que no esté tomando suficiente leche durante el día, sino que forma parte normal de su patrón de alimentación.
Alimentación en racimos
La alimentación en racimos suele producirse cuando los bebés tienen varias tomas seguidas, normalmente por la noche. Se trata de un patrón habitual que puede ayudar a aumentar la producción de leche durante los periodos de crecimiento y no es una señal de que esta sea insuficiente. Por el contrario, muestra el instinto natural del bebé de aumentar su disponibilidad de leche.
Manos activas
Los bebés exploran sus manos chupándose los dedos o los puños, lo cual es un hito típico del desarrollo y no necesariamente un signo de hambre. Este comportamiento también puede darse cuando les están saliendo los dientes. Es importante observar otras señales, como la irritabilidad o el llanto, para determinar si la succión de las manos está relacionada con el hambre.
Cambios en la consistencia de los pechos
A medida que pasa el tiempo, muchas madres empiezan a notar los pechos más blandos y menos llenos que en las primeras semanas de lactancia. Este cambio suele deberse a que el cuerpo se está adaptando a las necesidades del bebé y está estableciendo un suministro que se ajusta a su demanda. Unos pechos más blandos no significan que la producción de leche haya disminuido, sino que el cuerpo se ha vuelto más eficiente a la hora de producir la cantidad adecuada.
Desaparece la congestión y ya no tienes pérdidas
En las fases iniciales de la lactancia, es habitual que las madres experimenten congestión mamaria y pérdidas de leche. Sin embargo, a medida que la lactancia continúa y el cuerpo se adapta a las demandas de alimentación del bebé, estos signos pueden disminuir o desaparecer por completo. Esta reducción es una respuesta normal y suele indicar que la producción de leche se ha regulado para adaptarse a las necesidades reales de ingesta del bebé.
Posibles causas de una menor producción de leche
Son varios los factores que pueden contribuir a una disminución de la producción de leche:
- Problemas de enganche y succión: Un buen agarre es esencial para una lactancia materna eficaz. Si el bebé no se engancha bien al pecho, es posible que no lo vacíe lo suficiente, lo que reduce la producción de leche. Además, un vaciado incompleto del pecho puede aumentar el riesgo de infecciones y obstrucción de los conductos galactóforos, lo que complica aún más el problema de la producción de leche.
- Cambios en la rutina diaria: La vuelta al trabajo suele conllevar cambios en el horario de la madre que afectan su rutina de lactancia. El aumento de los niveles de estrés y la menor frecuencia de sesiones de extracción pueden reducir la cantidad de leche obtenida, lo que afecta el suministro total. Las respuestas hormonales al estrés también pueden impedir la producción de leche.
- Cambios hormonales: Los cambios significativos en el equilibrio hormonal de la madre, como los que se producen con un nuevo embarazo o el retorno de los ciclos menstruales, a menudo influyen en la producción de leche. Estos cambios pueden alterar temporal o permanentemente el volumen de leche obtenida.
- Introducción de alimentos sólidos: A medida que los lactantes empiezan a consumir alimentos sólidos, es natural que muestren menos interés por recibir el pecho. Esta reducción de la frecuencia de tomas puede indicar al organismo que produzca menos leche, si bien esta sigue siendo una importante fuente nutricional durante el primer año de vida.
- Problemas de salud y medicamentos: Los problemas de salud, sobre todo las infecciones, pueden desviar los recursos del organismo destinados a la producción de leche, lo que suele provocar un descenso temporal de la misma. Además, se sabe que ciertos medicamentos, como la pseudoefedrina (presente en Sudafed) o determinados anticonceptivos, pueden reducir la producción de leche. Es fundamental consultar con el médico antes de tomar cualquier medicamento, sobre todo durante la lactancia.
- Estrés y fatiga: Tanto el estrés físico como el emocional pueden tener un efecto negativo en la producción de leche. Los niveles elevados de estrés pueden provocar una disminución de los niveles de oxitocina, la hormona que desencadena la producción de leche. Asegurar un descanso adecuado, buscar apoyo en caso de estrés emocional y poner en práctica técnicas de relajación son algunas de las medidas que pueden ayudar a mitigar estos efectos.
¿Cómo mejorar la producción de leche?
Existen varias soluciones prácticas que te ayudarán a aumentar tu producción de leche:
Lactancia frecuente
Aumentar la frecuencia de las tomas estimula al organismo a producir más leche. La lactancia a demanda -permitir que el bebé se alimente cada vez que muestre signos de hambre- puede ser especialmente eficaz.
Sesiones de extracción
Incorporar sesiones adicionales de extracción de leche entre las tomas es una estrategia eficaz para aumentar su producción. El sacaleches manos libres Momcozy Mobile Flow™ | M9 mejora este proceso gracias a sus avanzadas funciones. Equipado con un motor de 3ª generación que ofrece una succión ajustable de hasta -300 mmHg, este extractor permite a las madres personalizar los niveles de intensidad para obtener la máxima comodidad y eficacia. La brida DoubleFit™ garantiza un ajuste cómodo y seguro, reduciendo el riesgo de derrames y haciendo de este sacaleches la opción ideal para mamás activas y capaces de realizar varias tareas a la vez. Además, la aplicación Momcozy permite un control discreto, ofreciendo un registro del volumen de leche y modos de extracción personalizables como Milk Boost™ y Milk Relief™, adaptados a las necesidades individuales y a las distintas etapas de la lactancia. Esta integración entre tecnología y diseño orientado al usuario convierte a la M9 en una potente herramienta para controlar y mejorar la producción de leche de forma eficaz.
Nutrición adecuada
Una dieta balanceada, rica en vitaminas, minerales y un aporte calórico adecuado contribuyen a una buena salud y, por extensión, a la producción de leche. La hidratación es igualmente importante; beber mucha agua es fundamental.
Descanso
Reducir el estrés y aumentar el descanso son factores clave para aumentar la producción de leche. La fatiga y el estrés pueden impedir que el cuerpo produzca leche, por lo que es importante que las madres duerman lo suficiente y busquen estrategias de reducción del estrés que les funcionen.
Resumen
Reconocer a tiempo las señales que indican que la producción de leche está disminuyendo es fundamental para tomar las medidas adecuadas. Entender qué hay que tener en cuenta, distinguir los mitos de los hechos y saber cómo aumentar la producción de leche de forma eficaz te permitirá afrontar este aspecto de la maternidad con más confianza y eficacia. Ya sea utilizando métodos tradicionales o incorporando herramientas modernas como Momcozy M9, el objetivo es garantizar una lactancia sana tanto para la madre como para el bebé.
Preguntas frecuentes
P: ¿Si los pechos gotean quiere decir que la producción de leche es buena?
R: El goteo es un indicador de que hay producción de leche y puede ser señal de que esta es abundante, pero su ausencia no significa necesariamente que sea insuficiente. Hay muchos factores que influyen en el goteo, y este puede disminuir a medida que el cuerpo de la madre se adapta mejor a las necesidades del bebé.
P: ¿Por qué tengo la sensación de que ya no me sale tanta leche como antes?
R: La sensación de una menor producción de leche puede deberse a una serie de cambios naturales a medida que el organismo se va adaptando. Conforme crecen los bebés y cambian sus pautas de alimentación, es posible que las madres perciban variaciones en la cantidad de leche que producen. Es importante buscar signos reales de disminución en vez de basarse únicamente en la percepción.
P: ¿El bebé se desengancha cuando el pecho está vacío?
R: Los bebés pueden desengancharse del pecho por varias razones, como por comodidad, saciedad o deseo de cambiar al otro pecho. Un pecho vacío no siempre es la principal razón por la que el bebé se aparta. La eficacia de la lactancia se mide por el crecimiento y la satisfacción del bebé, no solo por la duración de la toma o porque el bebé se desenganche.