¿Sientes que tus pantalones ya no te quedan igual? Es probable que te preguntes si tus caderas se ensanchan durante el embarazo y la respuesta es sí, por supuesto. Esto sucede porque el cuerpo libera hormonas que aflojan las articulaciones para crear un espacio para el bebé y prepararse para el parto. La mayoría de las mujeres experimentan este cambio, pero afortunadamente existen formas de ayudar a que tus caderas recuperen su forma después del parto.
Sí, tus caderas se ensanchan durante el embarazo. Es un cambio totalmente normal y esperado que se produce en prácticamente todas las mujeres embarazadas.
Durante el embarazo, tu cuerpo produce una hormona llamada relaxina, que relaja y afloja los ligamentos y las articulaciones en toda la pelvis. Este cambio hormonal causa que los huesos de la cadera en la mujer se separen de manera gradual, lo que suele empezar alrededor del segundo trimestre y continúa hasta el parto. El ensanchamiento se produce principalmente en tus articulaciones pélvicas, incluidas las articulaciones sacroilíacas en la parte posterior de tu pelvis y la sínfisis púbica en la parte delantera. Esta expansión cumple dos funciones útiles: brinda más espacio a tu bebé en crecimiento y abre el canal de parto para facilitar el alumbramiento. La extensión del ensanchamiento varía en cada mujer, pero la mayoría nota que la medida de sus caderas aumenta entre 2 y 5 centímetros. Aunque esto influirá en cómo te queda tu ropa, se trata de una reacción innovadora de tu cuerpo al embarazo y su preparación para el parto.
El ensanchamiento de las caderas durante el embarazo ocurre debido a una combinación entre el proceso hormonal de tu cuerpo y la preparación natural para el parto. La razón principal de esta transformación es la liberación de algunas hormonas del embarazo. Estas, de forma metódica, modifican la forma de tu cuerpo para adaptarse al crecimiento del feto y prepararlo para el parto.
La razón principal del ensanchamiento de caderas es una hormona conocida como relaxina, que el cuerpo empieza a producir justo al inicio del embarazo. La relaxina actúa de manera específica sobre los tejidos conectivos de tu pelvis, ya que relaja los ligamentos y las articulaciones. Durante el primer trimestre, esta hormona aumenta de forma considerable y continúa así durante todo el embarazo, alcanzando su nivel máximo justo antes del parto. El efecto relajante permite que la estructura pélvica, que de otro modo sería rígida, se vuelva más flexible y amplia.
La pelvis está compuesta por múltiples articulaciones que suelen estar firmemente unidas por ligamentos densos. Durante el embarazo, la relaxina afloja estas articulaciones (en particular, las articulaciones sacroilíacas y la sínfisis púbica) y ocasiona que se separen un poco. Las articulaciones sacroilíacas en la parte posterior de tu pelvis pueden separarse varios milímetros, mientras que la sínfisis púbica de la parte delantera, hasta 10 milímetros. Esta relajación de la articulación contribuye de manera directa en el ensanchamiento general de la estructura de tu cadera.
El proceso de ensanchamiento de las caderas tiene un propósito biológico vital: ayudar a que tu cuerpo se adapte para el parto. Cuando tus articulaciones pélvicas se relajan y se extienden, el canal del parto se expande y se vuelve más flexible, lo que brinda espacio adicional para que tu bebé pueda pasar durante el parto. El ensanchamiento natural permite que el estrecho inferior de la pelvis se abra hasta un 20 %, lo que aumenta significativamente la probabilidad de un parto vaginal menos difícil.
Existen otras razones que explican la apariencia de caderas más anchas en mujeres embarazadas. El aumento natural del peso contribuye al desarrollo de tejido en la región alrededor de tus caderas y los cambios en la postura y la posición de tu cuerpo pueden hacer que las caderas luzcan más grandes. El crecimiento de tu vientre provoca que el centro de gravedad se desplace hacia adelante, lo que lleva a un cambio involuntario en la postura que resalta la anchura de las caderas.
Tus caderas regresan de manera parcial al tamaño que tenían antes del embarazo, pero es posible que no vuelvan a ser exactamente como antes. La mayoría de las mujeres experimentan cierto grado de recuperación de las caderas, aunque la restauración completa varía según la persona.
Tras el embarazo, tu cuerpo empieza el proceso para regresar a su estado anterior, pero esta recuperación toma tiempo y no siempre da como resultado una reversión completa. La hormona relaxina, que provocó el aflojamiento de tus articulaciones pélvicas durante el embarazo, disminuye de manera gradual tras el parto, lo que permite que los ligamentos y las articulaciones se vuelvan a tensar al cabo de varios meses. La mayoría de las mujeres notan que sus caderas se reducen entre un 70 % y 80 % de su ensanchamiento original en los 6 a 12 meses posteriores al parto. Sin embargo, a menudo se mantienen algunos cambios de forma permanente: muchas mujeres notan que sus caderas se mantienen ligeramente más anchas que antes del embarazo, por lo general entre 1 y 2 centímetros. Los factores que influyen en la recuperación incluyen tu edad, el número de embarazos, la genética, los hábitos de ejercicio y el peso que adquiriste durante el embarazo. La lactancia materna también puede demorar el proceso, ya que se mantiene cierta producción de relaxina. Aunque tu estructura ósea puede presentar cambios permanentes, los ejercicios específicos y mantener un peso saludable pueden ayudarte a alcanzar la mejor recuperación posible de tu figura antes del embarazo.
Aunque es posible que no puedas recuperar el tamaño exacto que tenían tus caderas antes del embarazo, existen varias estrategias efectivas que puedes utilizar para ayudar a minimizar el ancho de tus caderas y recuperar la forma de tu cuerpo. El secreto está en combinar ejercicios específicos, una nutrición adecuada y paciencia, a medida que tu cuerpo se recupera naturalmente del embarazo y el parto.
Una buena faja puede ayudar mucho a que tu abdomen y cadera se sientan más sostenidos mientras te recuperas. La faja posparto Momcozy se envuelve alrededor de tu abdomen para brindarles a tus músculos abdominales debilitados un soporte adicional y ayudar con el dolor lumbar. Esto es muy útil cuando cargas mucho a tu bebé o pasas tiempo amamantándolo en posiciones incómodas. La compresión recuerda de manera sutil a tus músculos abdominales que deben trabajar correctamente, lo que ayuda a que toda la zona pélvica, incluidas las caderas, recupere una mejor alineación a medida que te recuperas.
Llevar la ropa interior adecuada marca una gran diferencia cuando se trata de sentirte cómoda y moverte con facilidad. Las trusas de bambú para el embarazo y posparto Momcozy están diseñadas para quedar bajas en las caderas, de modo que no aprieten ni presionen tu vientre sensible o tus cicatrices de la cesárea. El suave tejido de bambú se adapta a tu cuerpo a medida que cambia y el diseño especial en forma de V evita que se enrolle o se arrugue alrededor de las caderas. Cuando tu ropa interior es cómoda y se mantiene en su sitio, es mucho más fácil concentrarse en hacer ejercicio y cuidar de ti misma.
Las piernas hinchadas y doloridas te pueden dificultar mantenerte activa y realizar ejercicio, lo que ralentiza la recuperación general. Los calcetines de compresión Momcozy ayudan a comprimir suavemente las piernas para mejorar el flujo sanguíneo y reducir la hinchazón. Cuando tus piernas estén mejor, estarás más dispuesta a salir a caminar o realizar otras actividades que ayuden a todo tu cuerpo, incluidas las caderas, a recuperar su forma. Estos calcetines tienen una suela antideslizante para que puedas usarlos con seguridad en casa mientras cuidas de tu bebé. Además, vienen en un paquete de dos para que siempre tengas un par limpio a la mano.
Fortalecer los músculos de tu suelo pélvico ayuda a sostener la zona de la cadera y hace que todo se sienta más firme. Son ejercicios simples en los que se contraen los músculos que utilizas para detener la micción y luego se relajan. Haz esto entre 10 y 15 veces seguidas y mantén cada contracción durante 5 a 10 segundos. Repite esto entre 3 y 4 veces a lo largo del día. Puedes empezar estos ejercicios una vez que tu médico te permita volver a realizar ejercicio, lo que suele suceder alrededor de 6 semanas después del parto.
Existen ejercicios específicos que pueden ayudarte a fortalecer los músculos y quemar grasa alrededor de tus caderas. Movimientos sencillos como acostarte de lado y levantar tu pierna hacia arriba y hacia abajo, hacer sentadillas o ejercicios de puente. Comienza sin pesas y enfócate en hacer los movimientos de manera correcta. Intenta hacer estos ejercicios entre 2 o 3 veces por semana. A medida que te vuelvas más fuerte, puedes aumentar la dificultad de los ejercicios añadiendo pesas pequeñas o haciendo más repeticiones.
No puedes perder grasa solo en las caderas, necesitas quemar grasa en todo el cuerpo. Caminar, nadar, ir en bicicleta o bailar son grandes formas de quemar calorías sin exigir demasiado a tu cuerpo que todavía se recupera. Comienza con solo 15 o 20 minutos y aumenta poco a poco hasta llegar a unas 2.5 horas a la semana. Lo más importante es realizar alguna actividad física de forma regular, incluso si solo es una caminata corta todos los días.
Comer alimentos nutritivos te ayuda a bajar el peso que ganaste durante el embarazo y, al mismo tiempo, le da a tu cuerpo lo que necesita para recuperarse. Concéntrate en comer carnes magras, pescado, cereales integrales, frutas y verduras. Bebe mucha agua a lo largo del día. Si estás amamantando, no reduzcas demasiado las calorías, ya que esto puede afectar tu suministro de leche. Intenta bajar entre 1 y 2 libras (medio kilo y un kilo) por semana, que es un objetivo seguro y realista.
Tu cuerpo necesita tiempo para regresar a la normalidad después de dar a luz y tus caderas forman parte de este proceso. La mayoría de las mujeres experimentan los cambios más evidentes en los primeros 6 a 12 meses después del parto, pero tu cuerpo puede seguir cambiando hasta 18 meses después. No esperes volver a tener exactamente el mismo aspecto que tenías antes del embarazo: algunos cambios son permanentes y eso es completamente normal. Concéntrate en sentirte fuerte y saludable en lugar de intentar volver a tu talla exacta.
En la mayoría de las mujeres, las caderas permanecen más anchas después de dar a luz, pero no de manera significativa. Tus caderas regresarán prácticamente al tamaño que tenían antes del embarazo, por lo general en un periodo de 6 a 12 meses, hasta alcanzar entre el 70 % y 80 % de su tamaño original. Sin embargo, muchas mujeres notan que sus caderas se mantienen entre 1 o 2 centímetros más anchas después del parto. Este pequeño ensanchamiento permanente es completamente normal y sucede porque las articulaciones pélvicas se han estirado y es posible que no vuelvan a situarse en el mismo lugar que antes.
El ensanchamiento de tus caderas suele empezar en el segundo trimestre, entre las semanas 14 y 20 del embarazo. Se produce de manera gradual durante el resto del embarazo y los cambios son más notables en el tercer trimestre. Algunas mujeres notan que la ropa les queda diferente en las caderas desde la semana 12, pero algunas no notan cambios significativos hasta más adelante en el embarazo. El ensanchamiento continúa hasta el parto, mientras el cuerpo se prepara para dar a luz.
El ensanchamiento de caderas en sí no suele ser doloroso, pero casi todas las mujeres experimentan algunas molestias. Es posible que sientas malestar, presión o un punzante dolor de cadera durante el embarazo. El dolor en la cadera de una mujer embarazada suele ser más intenso cuando camina, sube y baja escaleras o al acostarse y levantarse de la cama. Por lo general, el malestar es soportable y normal durante el embarazo. Sin embargo, si sientes un dolor intenso, debes consultar con tu médico, ya que podría ser una afección que requiera tratamiento.
Sí, las caderas se ensanchan incluso si se tiene una cesárea programada. El ensanchamiento de las caderas se produce durante todo el embarazo debido a las hormonas, no por el parto vaginal. La hormona relaxina, que provoca el ensanchamiento, comienza a actuar al inicio del embarazo para preparar a tu cuerpo, independientemente de cómo vaya a nacer tu bebé. Sin embargo, algunas mujeres que se someten a una cesárea programada antes de dar a luz pueden experimentar un ensanchamiento de caderas ligeramente menor en comparación con las mujeres que tienen un parto natural, ya que las etapas finales del aflojamiento de las articulaciones se producen durante el trabajo de parto activo.
El ensanchamiento de caderas durante el embarazo es completamente normal, así que no te preocupes si tus pantalones te quedan más ajustados en esa zona. Tu cuerpo está haciendo exactamente lo que debe para prepararse para la llegada de tu bebé. Aunque tus caderas no volverán a tener exactamente el mismo tamaño, la mayor parte del ensanchamiento se reducirá con el tiempo y con el enfoque adecuado. Concéntrate en hacer ejercicios suaves, comer sano y ser paciente con el proceso de recuperación de tu cuerpo. Si te preocupa algún dolor o tienes preguntas sobre los cambios en tus caderas, acude a tu médico para que te aconseje lo más adecuado para tu situación.
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