La lactancia materna es una forma hermosa y natural de alimentar a tu bebé, pero también plantea exigencias especiales a tu cuerpo. La mayoría de las madres experimentan un aumento de la sed durante la lactancia y se preguntan cuánta agua se debe beber durante la lactancia. En esta guía explicaremos por qué es fundamental hidratarse, cómo aumentar la producción de leche y te daremos consejos prácticos para que la lactancia te resulte más fácil.
¿Cuánta agua hay que beber durante la lactancia?
Las madres lactantes deben esforzarse por beber unos 16 vasos de líquido al día entre agua, bebidas y alimentos húmedos. Una pauta sencilla es beber un vaso lleno de agua cada vez que amamantes para asegurarte de que cubres tus necesidades de líquidos. En los primeros seis meses, la leche materna será suficiente para mantener hidratado al bebé, pero a partir de los seis meses pueden empezar a tomar pequeñas cantidades de agua junto con la introducción de alimentos sólidos. Si el bebé presenta síntomas como una reducción de la cantidad de orina, sequedad de boca o vómitos o diarrea continuos, hay que consultar inmediatamente al médico.
La importancia de mantenerse hidratada durante la lactancia
La hidratación es muy importante para el bienestar de la madre y el bebé durante la lactancia. Dado que la leche materna se compone de aproximadamente un 90% de agua, la hidratación garantiza que el cuerpo pueda producir suficiente leche de alta calidad para alimentar al bebé. A continuación te explicamos por qué la hidratación es tan importante y cómo afecta el proceso de lactancia:
- Favorece la producción de leche
La producción de leche materna depende principalmente del agua. Una hidratación adecuada permite a tu cuerpo reponer la cantidad de líquido necesaria para producir la calidad de leche que demanda tu bebé. Si tu cuerpo no está suficientemente hidratado, la ingesta nutricional de tu bebé puede ser deficiente y, por tanto, su crecimiento también.
- Mantiene el balance nutricional en la leche materna
Una hidratación adecuada ayudará a tu cuerpo a aportar nutrientes esenciales, vitaminas y minerales al bebé a través de la leche materna. Cuando estás suficientemente hidratada, la composición de la leche materna mantiene el mismo equilibrio, lo que permite que el bebé crezca de acuerdo con su potencial.
- Previene la fatiga materna y aporta energía
La lactancia materna puede ser físicamente agotadora, sobre todo durante los primeros meses, en los que los bebés necesitan alimentarse con mucha frecuencia. La deshidratación puede exacerbar la sensación de fatiga, mareos y confusión, haciendo más difícil cumplir las exigencias de la maternidad. Beber suficiente agua mantiene estables los niveles de energía y favorece el bienestar general.
- Favorece la recuperación posparto
Después del parto, tu cuerpo experimenta cambios significativos mientras se recupera y se adapta al cuidado de tu bebé.
- Previene las complicaciones posparto más frecuentes
La hidratación previene problemas posparto comunes como:
- Estreñimiento: beber agua ayuda a mantener una digestión saludable y previene el estreñimiento, un problema común después de dar a luz.
- Infecciones urinarias: la hidratación es una forma de reducir la posibilidad de padecer infecciones urinarias, ya que ayuda a eliminar las bacterias del tracto urinario.
- Hidrata al bebé
Durante los primeros seis meses, tu bebé dependerá completamente de la leche materna para hidratarse y alimentarse. Si te aseguras de beber suficiente agua, conseguirás que tu producción de leche se mantenga estable y tu bebé estará hidratado y sano. Después de los seis meses, puedes incluir pequeñas cantidades de agua con los alimentos sólidos para complementar su hidratación.
¿Cómo saber si estás bebiendo suficiente agua?
Una hidratación adecuada es fundamental para las madres lactantes, ya que favorece la producción de leche y garantiza su salud. A continuación te indicamos algunos consejos clave para saber si estás bebiendo suficiente agua:
- Observa el color de la orina
El color de la orina es una de las señales más básicas y precisas para saber si estás bien hidratada:
- Amarillo claro o transparente: estás bien hidratada.
- Amarillo oscuro o ámbar: es posible que necesites beber más agua.
- Observa qué tanta sed tienes
La sed es la señal natural del cuerpo que indica que hay que hidratarse. Si a menudo tienes sed, probablemente necesites beber más líquidos. Sin embargo, siempre es mejor no esperar a sentir sed para beber. Toma líquidos con regularidad para adelantarte a la deshidratación.
- Presta atención a tus niveles de energía
La deshidratación puede provocar fatiga, letargo y dificultad para concentrarse. Si te sientes inusualmente cansada o tienes la mente nublada, puede ser señal de que no estás bebiendo suficiente agua.
- Observa tu piel y tus labios
La hidratación se refleja en la piel y los labios. Los signos de que estás bebiendo suficiente agua incluyen:
- Piel: se siente suave, tersa y flexible.
- Labios: permanecen húmedos y sin grietas ni resequedad.
- Cuidado con los dolores de cabeza o mareos
La deshidratación puede provocar dolores de cabeza y mareos que pueden ser leves o intensos. Si experimentas este síntoma, especialmente en relación con la lactancia, debes ingerir más líquidos.
- Lleva un control del número de pañales mojados por el bebé
La ingesta de líquidos del bebé está directamente relacionada con la producción de leche de la madre. Si el bebé moja entre 6 y 8 pañales al día, significa que está bien alimentado e hidratado, por lo que es de suponer que la madre también debe haber ingerido suficientes líquidos.
- Vigila tu producción de leche
Aunque son muchos los factores que determinan la producción de leche, la deshidratación puede reducir la cantidad que tu cuerpo es capaz de producir. Si experimentas una disminución repentina de la producción de leche, comprueba tu ingesta de agua.
- Presta atención a tu ingesta de líquidos
Trata de beber 16 vasos de líquido al día, entre agua pura, bebidas y alimentos con alto contenido en agua. Llevar una botella de agua marcada o utilizar una aplicación que te ayude a mantenerte hidratada puede ayudarte a controlar tu consumo y a cubrir tus necesidades diarias de líquidos.
Signos de deshidratación que debes tener en cuenta:
- Orina de color amarillo oscuro o marrón
- Boca seca o labios resecos
- Micción poco frecuente
- Fatiga o mareos
- Dolores de cabeza
Si los signos de deshidratación son graves, solicita atención médica lo antes posible.
¿Tu bebé puede deshidratarse si no bebes suficiente agua cuando le das el pecho?
Aunque no bebas suficiente agua mientras amamantas y te preocupe tu bebé, es poco probable que se deshidrate, ya que tu cuerpo dará prioridad a la producción de leche incluso si estás ligeramente deshidratada. Sin embargo, la deshidratación crónica o la deshidratación grave pueden disminuir tu producción de leche y afectar la cantidad que tu bebé puede recibir. Con el tiempo, esto puede provocar indirectamente un cuadro de deshidratación en tu bebé.
Presta atención a la aparición de cualquier signo de deshidratación en tu bebé, como un menor número de pañales mojados (menos de 6-8 pañales mojados al día), boca seca, letargo o fontanela hundida. Busca atención médica si esto ocurre.
Beber cerca de 16 tazas de líquido al día ayudará a preservar tu producción de leche, a cubrir las necesidades de hidratación de tu bebé y a favorecer tu propio estado de salud. La deshidratación en los lactantes puede convertirse rápidamente en un problema crítico y debe atenderse de inmediato para garantizar su salud.
¿De qué manera beber agua afecta la producción de leche?
Estar deshidratada así sea solo unos pocos días puede afectar la producción de leche materna. Es probable que disminuyan tanto la calidad como la cantidad, lo que puede entorpecer la rutina de alimentación de tu hijo.
Los bebés son especialmente propensos a deshidratarse porque tienen un cuerpo pequeño, una capacidad limitada de almacenamiento de líquidos y una mayor actividad metabólica que provoca una renovación más rápida de líquidos y solutos. Por eso necesitan reponer líquidos constantemente, de ahí que se alimenten con frecuencia. Si a tu bebé le diagnostican diarrea o vómitos, su riesgo de desarrollar una deshidratación grave es mucho mayor.
Consejos para aumentar tu ingesta de agua durante la lactancia
Bebidas para la lactancia
Las madres lactantes necesitan más líquidos para contribuir a la producción de leche e hidratar su propio cuerpo. A continuación encontrarás algunas recomendaciones eficaces que pueden ayudarte a beber más agua a lo largo del día:
- Bebe un vaso de agua cuando des el pecho: acostúmbrate a beber un vaso entero de agua cada vez que amamantes a tu bebé. De este modo, te asegurarás de reponer líquidos de forma frecuente.
- Lleva contigo una botella de agua reutilizable: tener una botella de agua cerca te permitirá ir tomando sorbos a lo largo del día. Elige una que tenga medidas para controlar tu ingesta diaria.
- Utiliza recordatorios para hidratarte: utiliza alarmas de teléfono, aplicaciones o notas adhesivas como recordatorios para beber agua a intervalos regulares.
- Dale sabor al agua: añade ingredientes naturales como limón, menta, pepino o frutas del bosque para darle un toque refrescante y disfrutar más del agua.
Las mejores bebidas para las madres lactantes
Aunque el agua es la mejor forma de hidratarse, las madres lactantes también pueden disfrutar de otras bebidas que les aporten más nutrientes o variedad:
- Agua
El mejor líquido para hidratarse. Esfuérzate por beber al menos 16 vasos de líquido al día, la mayor parte de los cuales debe ser agua.
- Leche
Aporta calcio, vitamina D y proteínas, todos ellos importantes para la salud de tus huesos y los de tu bebé.
- Agua de coco
Una bebida natural con electrolitos que repone los minerales perdidos, especialmente cuando hace calor o después de sudar.
- Infusiones
Las infusiones sin cafeína como la manzanilla, el jengibre o el rooibos pueden calmarte y relajarte a la vez que te mantienen hidratada.
- Jugos de fruta fresca
Opta por jugos caseros sin azúcar añadida para un aporte extra de vitaminas y una hidratación natural.
- Batidos
Licúa frutas ricas en agua como la sandía, las fresas e incluso espinacas con yogur o leche de almendras para obtener una bebida repleta de nutrientes.
- Agua infusionada
Añade frutas, hierbas o verduras al agua para darle un sabor natural sin añadir calorías ni azúcar.
Suplementos para favorecer una buena hidratación durante la lactancia
Además de los líquidos, existen suplementos que pueden ayudar a hidratarte y mejorar tu salud:
- Bebidas con electrolitos: elige bebidas electrolíticas naturales y bajas en azúcar, como Pedialyte, o electrolitos en polvo para adultos.
- Tabletas o polvos rehidratantes: Nuun o Liquid I.V. pueden añadirse al agua para aumentar los electrolitos, especialmente cuando te sientas fatigada o deshidratada.
- Agua de coco en polvo: es una opción cómoda y fácil de conservar para añadir electrolitos naturales al agua.
- Tés de lactancia: algunos tés están diseñados para favorecer la hidratación y la producción de leche, e incluyen hierbas como el fenogreco, el hinojo o el cardo bendito.
- Refrigerios hidratantes: alimentos como la sandía, los pepinos y las sopas también actúan como "suplementos" para favorecer tu hidratación.
Bebidas que debes consumir con moderación durante la lactancia
Algunas bebidas pueden afectar la producción de leche, la hidratación de la madre e incluso al bebé, por lo que su consumo debe limitarse durante la lactancia:
- Bebidas con cafeína
Aunque el consumo de pequeñas cantidades de cafeína suele ser seguro, una ingesta excesiva puede poner inquieto al bebé o afectar su sueño. Limita la cantidad de café, té negro y bebidas energéticas a no más de 1-2 tazas al día.
- Bebidas azucaradas
Las gaseosas, los jugos azucarados y otras bebidas dulces aportan calorías vacías y pueden provocar bajones de energía, sin hidratarte eficazmente.
- Alcohol
El alcohol puede pasar a la leche materna. Si decides beber, ten en cuenta las pautas de seguridad necesarias para que el alcohol no llegue a tu bebé.
- Bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales
Algunos edulcorantes artificiales no son recomendables durante la lactancia. Debes consultar este aspecto con tu médico si los consumes con frecuencia.
- Bebidas energéticas altamente procesadas
Suelen tener niveles muy altos de cafeína, azúcar y aditivos artificiales que pueden ser peligrosos para tu bebé.
- Bebidas carbonatadas
Aunque suelen ser inofensivas, algunas madres observan que las bebidas carbonatadas les producen una sensación de hinchazón o malestar.
Preguntas frecuentes sobre la lactancia materna
¿Por qué tengo sed cuando le doy el pecho a mi bebé?
Es normal sentir sed cuando se está dando el pecho. Tu cuerpo utiliza cantidades extra de fluidos para producir la leche materna. La lactancia estimula la liberación de oxitocina para la bajada de la leche. Todo ello activa el mecanismo de la sed, que hace que la madre beba los líquidos que se pierden al producir la leche. Como consecuencia, la madre bebe más líquidos para mantener su organismo y asegurarse de que su hijo tiene cubiertas sus necesidades.
¿Beber agua aumenta la cantidad de leche materna?
Beber agua no aumenta directamente la cantidad de leche materna, pero estar bien hidratada es esencial para mantener una producción constante. La deshidratación puede reducir tus niveles de energía y afectar la producción de leche, por lo que es importante beber suficiente líquido. Los expertos recomiendan consumir aproximadamente 16 vasos de líquido al día, incluyendo agua pura, bebidas y alimentos ricos en agua, para satisfacer las necesidades de tu organismo durante la lactancia.
¿Qué otros consejos hay para aumentar la producción de leche?
- Dale el pecho con frecuencia: alimenta a tu bebé a menudo y dale el pecho a demanda. La lactancia frecuente activa señales en tu cuerpo que estimulan la producción de más leche.
- Asegúrate de que se enganche correctamente: asegúrate de que el bebé se enganche bien al pecho para que la succión sea eficaz. De este modo, también se estimulará la producción de leche. Si es necesario, pide ayuda a un especialista en lactancia.
- Utiliza un sacaleches: la extracción de leche entre tomas o después de dar el pecho puede ayudar a aumentar la producción. El sacaleches manos libres Momcozy M9 es una opción práctica para las mamás que necesitan movilizarse de un sitio a otro, ya que ofrece portabilidad y comodidad a la vez que estimula la producción de leche.
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- Relájate: el estrés puede afectar la producción de leche. Practica la respiración profunda, el yoga o la meditación para crear un entorno tranquilo durante las tomas.
- Mantén una dieta balanceada: añade alimentos ricos en nutrientes, como la avena, las almendras, las espinacas y el salmón, que se considera que favorecen la lactancia.
- Hidrátate: bebe agua con regularidad, especialmente durante y después de las sesiones de lactancia.
Conclusión
La lactancia materna es un viaje tan gratificante como exigente, y se debe perseverar en el autocuidado. La mejor forma de mantener una producción de leche sana es beber suficientes líquidos y alimentar al bebé con frecuencia. Al comprender las necesidades de tu cuerpo, puedes contribuir a tu propio bienestar y al crecimiento de tu bebé en esta etapa tan especial, lo que hace que todo sea más gratificante. Recuerda, por tanto, que cada viaje es diferente, así que confía en tus instintos y busca apoyo cuando lo necesites.