A nadie le gusta ver a su bebé gruñir, resoplar o batallar para poder respirar cuando está tomando leche o cuando está durmiendo. Si tu bebé no tiene fiebre ni resfriado, probablemente te preguntas por qué tiene la nariz tapada. ¿Quién está detrás de esto la mayoría del tiempo? La congestión nasal por reflujo. Pero no te preocupes, aquí te enseñaremos cómo ayudar a tu bebé a aliviar la congestión.
Este tipo de congestión se puede confundir con una congestión nasal común o un resfriado. Pero en realidad, se manifiesta como consecuencia del reflujo gastroesofágico (RGE), una afección leve muy común que desarrollan los bebés. Si bien el RGE desaparece por sí solo, la congestión nasal que provoca hace que tu bebé se sienta incómodo e inquieto.
Este tipo de congestión es particular, ya que se ve influenciada tanto por la postura en la que se encuentra el bebé a la hora de alimentarlo como por la condición de desarrollo de su aparato digestivo.
Los bebés tienden a respirar por la nariz y estar recostados boca arriba la mayoría del tiempo. Entonces, basta un poco de reflujo para interferir con su respiración y hacer que se sientan incómodos.
Los bebés todavía no han desarrollado por completo el músculo que se encuentra entre el estómago y el esófago, el cual es conocido como esfínter esofágico inferior (EEI). Esto ocasiona que la leche fluya de regreso por ahí fácilmente.
Cuando recuestas a tu bebé luego de haberlo alimentado, la gravedad ya no lo ayudará a retener la leche en su estómago. Parte del líquido volverá al esófago e incluso se colará a la cavidad nasal, lo que provocará que se inflame y produzca moco.
Las vías respiratorias de un recién nacido son muy estrechas, por lo que basta una pequeña cantidad de reflujo en la cavidad nasal para dificultar la circulación del aire. Esto puede hacer que tu bebé emita ese sonido típico de congestión nasal, incluso cuando su nariz no parece realmente inflamada.
Si tu bebé toma leche muy rápido o traga aire al alimentarse, ese aire puede acumularse en su estómago y causar presión. Esto puede provocar reflujo y, al llegar a la cavidad nasal, irritar su nariz.
Estos son los síntomas que indican que tu bebé tiene una congestión nasal por reflujo:
Si tu bebé está sufriendo debido a la congestión nasal que provoca el reflujo, debes enfocarte en lograr dos cosas: Limpiar su nariz congestionada y tratar el problema que causa esa congestión. En la mayoría de los casos, puedes tratar este problema en casa, con soluciones seguras, sencillas y gentiles, si es un caso leve. No obstante, en ciertas ocasiones, es recomendable acudir con el pediatra para recibir opciones de tratamiento, las cuales explicaremos a continuación.
Para el tratamiento médico de la congestión nasal por reflujo en bebés, se recomienda consultar al pediatra, quien puede indicar el uso de gotas salinas para aflojar el moco y una pera de succión para extraerlo. Los medicamentos para el reflujo como los inhibidores de la bomba de protones o los antagonistas H2 solo se prescriben bajo indicación médica si hay síntomas severos y persistentes.
Si observas que la congestión nasal ocasionada por el reflujo hace que tu bebé tenga problemas para tomar leche, dormir o desarrollarse con normalidad, el pediatra te pedirá tomar las siguientes medidas:
Cuando el bebé tiene reflujos de forma recurrente, los medicamentos pueden ayudar a aliviar la acidez estomacal que lo provoca, Algunos de los fármacos utilizados son:
Si el reflujo ocasiona que tu bebé sienta dolor o tenga complicaciones para ganar peso, puede que le prescriban los fármacos mencionados. Estos no alivian por completo los tipos de reflujo en bebés pero sí reducen la producción de ácido estomacal, lo que también disminuirá la irritación y obstrucción de sus vías respiratorias.
Si tu bebé toma fórmula infantil, puede que esté teniendo una reacción alérgica a las proteínas de la leche de vaca. En ese caso, el pediatra le prescribirá una fórmula hipoalergénica. En un caso diferente, puede que le recete una fórmula espesada, la cual disminuirá el reflujo y el paso de la leche hacia las fosas nasales.
Puede que el pediatra te indique que alimentes a tu bebé varias veces al día pero en pequeñas cantidades o que lo coloques en una postura específica. Si tu bebé toma del pecho, te podrían pedir que cambies tu dieta, ya que puede ser una señal de que tu bebé es alérgico.
Nunca modifiques su rutina de alimentación, cambies su fórmula ni le des medicamentos sin consultar antes con un médico.
En la mayoría de los casos, la congestión nasal por reflujo desaparece luego de un tiempo. Solo necesitas encontrar métodos simples que ayuden a liberar los gases que tiene tu bebé en la pancita y destapar sus vías respiratorias. Los mejores métodos que un doctor recomiendo serán:
Usar un aspirador nasal gentil y seguro es la mejor forma de limpiar la nariz congestionada de tu recién nacido, especialmente si es a causa del reflujo. El aspirador nasal eléctrico 2 en 1 Momcozy con spray y succión es un dispositivo que toda mamá puede usar y está pensado especialmente para cuidar la delicada nariz de tu bebé.
Es muy efectivo porque:
¿Cómo se usa?
Con este aspirador, notarás resultados de inmediato. De esta forma, tu bebé podrá respirar y tomar leche con mayor facilidad.
Esto es muy sencillo y aún así, efectivo. Para evitar que se presente el reflujo, sostén a tu bebé en posición vertical por un tiempo considerable, alrededor de 20 y 30 minutos, luego de haberlo alimentado. La gravedad hace su trabajo al mantener la leche en su estómago. De esta forma, evitarás que tu bebé regurgite o que la leche se cole por su garganta y salga por su nariz.
¿Qué puedo hacer?
Darle demasiada leche a tu bebé puede generar presión en su estómago y provocar el reflujo de forma frecuente. Puedes intentar:
Intenta no recostar a tu bebé boca arriba luego de alimentarlo ya que, al hacerlo, aumenta la posibilidad de que devuelva la leche. En su lugar, sostenlo erguido cuando esté despierto, ya sea en una silla mecedora o en un cochecito.
Nota: No coloques cojines en su cuna ni almohadas para su cabecita. Tu bebé no debería dormir con estos objetos en su cuna ya que podrían provocar asfixia, según la Academia Americana de Pediatría.
El tiempo boca abajo no solo ayuda a tu bebé a desarrollar sus habilidades motrices, sino que también le ayuda a drenar el moco por las fosas nasales. Solo necesitas recostar a tu bebé un par de minutos al día, y aumentar el tiempo a medida que crece.
Si tu bebé presenta síntomas de congestión nasal por reflujo al darle el pecho, es posible que algo en tu dieta esté contribuyendo a ello. Los síntomas de reflujo en bebés pueden aparecer cuando la mamá consume lácteos, cafeína, comidas ácidas o picantes. Sin embargo, antes de eliminar algún grupo de alimentos de tu dieta, es importante que hables con tu pediatra y observes cómo reacciona tu bebé ante cualquier cambio en tu dieta.
Si bien muchas veces no se puede evitar que tu bebé tenga reflujo, ya que es algo normal y forma parte de su desarrollo, sí es posible prevenir que se convierta en un problema mayor. Algunas formas de reducir las probabilidades de que la leche llegue a la cavidad nasal son alimentarlo en posición vertical, darle leche en pocas cantidades pero más veces al día y hacerlo eructar después de cada toma.
Un buen biberón anticólicos puede evitar que entre aire al cuerpo de tu bebé mientras lo alimentas y, por lo tanto, reducir la posibilidad de que tenga reflujo. Una vez que termines de darle leche, mantenlo en posición vertical durante 20 o 30 minutos antes de acostarlo, de modo que la gravedad ayude a mantener la leche en su estómago. También puedes limpiar su nariz con un aspirador nasal y unas gotas de solución salina para mantener las fosas nasales despejadas y disminuir la irritación.
Si bien estas medidas no harán que tu bebé deje de tener reflujo, sí lograrán que se sienta aliviado y que la congestión nasal ya no sea un gran problema para ti.
Considera buscar ayuda si tu bebé:
Por lo general, el reflujo se manifiesta con frecuencia alrededor de los 4 meses y desaparece hacia los 12 meses, pero recuerda que cada bebé es diferente. Nunca ignores tu instinto y no dudes en llamar a tu pediatra si sientes que algo no anda bien con tu bebé. La crianza en los primeros meses ya es un reto de por sí, y la congestión nasal por reflujo puede complicarte la vida un poquito más. Sin embargo, hacer unos pequeños ajustes a tu rutina hará que lidiar con este problema sea cada vez más sencillo.
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