El dolor por diástasis de rectos durante el embarazo es una afección que a menudo se ignora, pero que afecta a muchas mujeres embarazadas. A medida que el bebé crece, existe la posibilidad de que tu abdomen se distienda y se produzca un desgarro de los músculos rectos abdominales, lo que causa inestabilidad e incluso puede ser doloroso. Este dolor puede interferir en las actividades diarias, la postura y el bienestar. Para tratar el dolor y tener un embarazo más saludable, es importante conocer sus causas, síntomas y maneras de aliviar el dolor que no perjudiquen al embarazo. Esta guía analizará lo que necesitas saber para sentirte más apoyada y empoderada.
¿Qué es la diástasis de los rectos abdominales?
La diástasis de los rectos puede ser una afección dolorosa, sobre todo durante y después del embarazo, cuando los músculos abdominales se estiran. Por un lado, algunas personas no refieren ningún dolor, pero, por el contrario, otras informan experimentar una sensación de tensión, inestabilidad o incluso dolores intensos en la zona media, especialmente al realizar actividades físicas, como levantar peso, girar o cambiar de postura horizontal entre acostarse y sentarse.
Es especialmente común en mujeres embarazadas, ya que el útero se estira, pero también puede ocurrir entre las mujeres que sufren una presión intensa en el abdomen después del parto y entre otras personas que ejercen mucha tensión sobre el abdomen. La diástasis de los rectos puede provocar un abdomen protuberante, debilidad del tronco y, en algunos casos, dolor o molestias.
¿La diástasis de los rectos abdominales causa dolor?
La diástasis de los rectos puede ser dolorosa, especialmente durante y después del embarazo, cuando los músculos abdominales ya están demasiado estirados. Mientras que hay personas que no refieren ningún dolor, otras experimentan tirantez, molestias o incluso dolores agudos en la zona media, sobre todo al realizar actividades físicas, como levantar peso, girar o cambiar de posición horizontal entre estar acostados y sentados. Por lo general, se debe a una lesión muscular del recto abdominal, un apoyo deficiente alrededor del tronco y mucha presión en el abdomen.
¿La diástasis de rectos puede causar dolor de espalda?
Sí, es probable que la diástasis de los rectos abdominales provoque dolor de espalda. La fuerza que interviene en la separación de los músculos rectos abdominales debilita la fuerza del tronco para estabilizar la columna vertebral y la pelvis. En consecuencia, la parte baja de la espalda intenta compensarlo, lo que provoca tensión muscular, una espalda encorvada y dolor constante. Muchas mujeres embarazadas y en posparto con diástasis de rectos refieren dolor lumbar debido a este desequilibrio. Fortalecer el tronco suavemente y el refuerzo de la postura puede ayudar a aliviar este dolor con el tiempo.
¿La diástasis de rectos es dolorosa al tacto?
En la mayoría de los casos, la diástasis de los rectos abdominales no duele al tocarla. Sin embargo, algunas personas pueden sentir sensibilidad, hipersensibilidad o debilidad al presionar la línea media del abdomen, en concreto la zona del ombligo. Este dolor puede intensificarse si el tejido conectivo se estira mucho, se inflama o incluso se somete a presión. En esta afección, es común que haya un pequeño hueco o protuberancia que se puede palpar suavemente.
Otros síntomas comunes de la diástasis de rectos
Además del dolor abdominal o la aparente separación abdominal, la presencia de la diástasis de rectos puede provocar una serie de efectos secundarios que afectan a la movilidad, la postura y el bienestar general. La mayoría de estos síntomas tardan en manifestarse de forma sutil y pueden volverse más evidentes con el tiempo, especialmente después o durante el embarazo.
● Debilidad del tronco
La mayoría de las personas con diástasis de rectos refieren debilidad general de los músculos abdominales. Esta fatiga puede aumentar la dificultad para levantar objetos, agacharse, levantarse de una postura acostada y realizar actividades que requieran estabilidad estática del tronco.
● Mala postura
Los músculos abdominales tienen una importancia significativa en la postura correcta del cuerpo. El debilitamiento o la separación de estos músculos hace que el cuerpo se encorve o arquee la parte inferior de la espalda, lo que da lugar a una curvatura exagerada de la columna vertebral y a fatiga muscular.
● Dolor lumbar
Los músculos que estabilizan el torso en la parte inferior de la espalda se ven sometidos a un esfuerzo adicional para compensar la pérdida de fuerza del tronco y poder sostener el cuerpo. Este esfuerzo adicional suele provocar un dolor de espalda constante, sobre todo al estar de pie o caminar largas distancias.
● Disfunción del suelo pélvico
Los problemas del suelo pélvico suelen acompañar a la diástasis de rectos. Cuando se compromete la integridad del tronco, se puede ejercer una presión adicional sobre el suelo pélvico, lo que puede provocar incontinencia urinaria, pesadez o sensación de inestabilidad en la pelvis.
● Problemas digestivos
Una pared abdominal débil puede tener implicaciones en la orientación y el soporte de los órganos digestivos. Muchas personas afirman que la pérdida del tono muscular del tronco y del control de la presión puede provocar hinchazón, estreñimiento o sensación de saciedad con facilidad.
● Abombamiento o conicidad del abdomen
Al activar el tronco (por ejemplo, al hacer abdominales o al levantarse de la cama), la línea media puede aparecer en forma de pico o sobresalir hacia afuera. Este síntoma o manifestación visible de la diástasis de rectos se describe como abombamiento o conicidad, que es el síntoma más visible de una activación o presión incorrecta del tronco.
El conocimiento de estos síntomas puede ayudarte a un tratamiento temprano, ya sea mediante fisioterapia, entrenamiento de la postura o entrenamiento del tronco seguro para la diástasis.
¿Cómo se diagnostica la diástasis de rectos?
La diástasis de rectos se diagnostica normalmente durante un examen físico, ya sea por parte del médico o mediante una autoinspección. Además, la afección es evidente para la mayoría de las personas embarazadas o en posparto como un bulto o un hueco en el centro del abdomen, sobre todo durante actividades que implican movimientos del tronco, como sentarse o levantar peso.
En una prueba clínica, el médico puede pedirte que te acuestes boca arriba con las rodillas flexionadas y que levantes ligeramente la cabeza o los hombros del suelo. A continuación, con los dedos, comprobará el espacio entre los músculos abdominales a lo largo de la línea alba (el tejido conectivo que recorre el centro del abdomen). Generalmente, se considera diástasis de rectos cualquier espacio de tamaño superior a 2 dedos de ancho.
Tu médico también puede recomendarte una ecografía o un diagnóstico por resonancia magnética, especialmente si la separación es muy grave o compleja, para ver con mayor detalle la musculatura y el tejido conectivo de la región abdominal.
El diagnóstico temprano debe realizarse no solo para tratar el dolor asociado o el problema estético, sino también para prevenir las complicaciones asociadas, como hernias o disfunción crónica del tronco. Si sospechas que puedes tener diástasis de rectos, consulta con tu ginecólogo y obstetra, un fisioterapeuta o un profesional médico especializado en la recuperación posparto para que te evalúen adecuadamente y te indiquen lo que debes hacer a continuación.
¿Cómo manejar la diástasis de rectos?
El tratamiento de la diástasis de rectos requiere una combinación de actividad física ligera, cambio de estilo de vida y atención terapéutica para rehabilitar el recto del abdomen y recuperar su estado normal. A continuación, te ofrecemos los mejores consejos para controlar esta afección, sobre todo durante y después del embarazo:
1. Practica ejercicios para el tronco aptos para la diástasis
Haz ejercicios para entrenar los músculos profundos del tronco, en particular el transverso abdominal. Los movimientos de baile, como las inclinaciones pélvicas, los deslizamientos de talones y los puentes modificados, pueden servir para fortalecer el tronco sin ejercer presión sobre la pared abdominal. No realices crunches, abdominales o planchas habituales, ya que podrían aumentar la separación.
2. Mejora tu postura y la mecánica corporal
Una postura adecuada ayuda a la recuperación del tronco. Mantén los hombros relajados y la espalda recta. No arquees demasiado la zona lumbar. Cuando levantes a tu bebé o algún objeto, dobla las rodillas y utiliza las piernas, no el tronco, para reducir la tensión en el abdomen.
3. Usa prendas de soporte abdominal
Muchas mujeres embarazadas y en posparto encuentran alivio usando fajas o vendas posparto. Estas prendas proporcionan una compresión suave y soporte a los músculos abdominales, lo que ayuda a reducir el dolor y mejorar la estabilidad mientras tu cuerpo se recupera. Una excelente opción es la faja posparto Momcozy Ergowrap. Diseñada con soporte ergonómico y tejido transpirable, esta faja ofrece una compresión ajustable que favorece una mejor postura, alivia las molestias y sostiene el tronco durante tu recuperación.
Soporte Lumbar
Comodidad
Eficacia
4. Acude a un fisioterapeuta
Un fisioterapeuta especializado en el suelo pélvico o en la salud de la mujer puede diagnosticar tu separación, hacer seguimiento de tu progreso y crear una rutina de ejercicios personalizada. El tratamiento puede incluir ejercicios de respiración, ejercicios de activación muscular y correcciones de la postura corporal.
5. Evita levantar objetos pesados y hacer esfuerzos
Es mejor evitar cualquier actividad que tense la pared abdominal en la fase inicial de la recuperación. En caso de que tengas que levantar peso, exhala y utiliza los músculos del tronco con suavidad al levantar el peso para proteger la línea alba y no aumentar la separación del músculo recto anterior del abdomen.
6. Refuerza tu suelo pélvico
Dado que la diástasis de rectos y la disfunción del suelo pélvico tienden a estar relacionadas, añade ejercicios para el suelo pélvico (como los de Kegel) a tu rutina de recuperación. Una buena integración y estabilidad del tronco favorecen un buen suelo pélvico.
7. Sé paciente y constante
La diástasis de rectos es una afección que se cura lentamente, normalmente en semanas o meses. Los ejercicios moderados regulares y las actividades de autocuidado pueden ser la clave para una recuperación y un desarrollo satisfactorios sin complicaciones graves en el futuro.
La reparación quirúrgica es posible en algunas situaciones extremas en las que la separación es muy grave o no se resuelve con tratamientos conservadores. No obstante, la fisioterapia y los métodos correctos de activación del tronco ayudan a la mayoría de las personas a mejorar.
¿La diástasis de rectos desaparece por sí sola?
En otros casos, la diástasis de rectos leve puede someterse al proceso de autocuración, especialmente durante los primeros meses después del parto, ya que el cuerpo empieza a repararse de forma natural. El cambio hormonal reduce la presión sobre el abdomen y la reactivación gradual de los músculos centrales puede ayudar a que la pared abdominal comience a volver a unirse por sí sola con una ayuda mínima o nula.
Sin embargo, en otros casos, sobre todo en aquellos en los que la separación es mayor o en los que existen otros factores, como haber tenido varios embarazos, haber tenido bebés grandes o tener una mala postura, es posible que la diástasis de rectos no se cure completamente a menos que se realicen ejercicios específicos o fisioterapia. Los músculos pueden ir acompañados de tejido conectivo que, por lo general, requiere soporte y rehabilitación para recuperar la fuerza y la funcionalidad.
Sin intervención, la diástasis crónica puede provocar problemas crónicos, como debilidad del tronco, dolor de espalda, mala postura, problemas del suelo pélvico e incluso hernias. Por ello, debes llevar un registro de tus síntomas y consultar con profesionales en caso de que la separación siga siendo visible o sigas sintiendo molestias.
Conclusión
El dolor de la diástasis de rectos durante el embarazo puede ser difícil de sobrellevar, pero se puede controlar con los conocimientos, el apoyo y los cuidados adecuados. Si comprendes las causas, los síntomas y las estrategias seguras de alivio, podrás tomar medidas proactivas para curarte y sentirte mejor. La intervención temprana, los movimientos suaves y la orientación de especialistas pueden marcar una gran diferencia a la hora de recuperar la fuerza del tronco y mejorar tu bienestar general, ya sea si acabas de quedar embarazada o si te encuentras en la fase de recuperación posparto.