¡Bienvenida al tercer trimestre! Estás en la recta final, desde la semana 28 hasta la 40. Es una etapa emocionante, pero también llena de retos.
Tu bebé está creciendo rápidamente. Es posible que te sientas más pesada y que te duelan la espalda o la cadera. Algunos días te sentirás bien y otros no tanto. Es completamente normal.
Las revisiones periódicas son fundamentales. Considera la posibilidad de tomar clases de preparación para el parto e incluso de elaborar un plan de parto para sentirte preparada.
Es posible que experimentes problemas comunes como ardor de estómago, pies hinchados y fatiga. Mantener una hidratación adecuada, descansar y comer bien puede ayudar. Pero recuerda que cada embarazo es diferente.
Esta parte del embarazo puede ser difícil. Pero también es maravillosa. Cuidar de ti misma es fundamental. No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites.
¿Quieres saber más sobre lo que te espera y cómo afrontarlo? Sigue leyendo. Tenemos consejos que te ayudarán en estas últimas semanas de embarazo.
El tercer trimestre: qué esperar (semanas 28-40)
A medida que te acercas a la última etapa del embarazo, tu cuerpo experimenta cambios significativos y tu bebé sigue creciendo y desarrollándose rápidamente. Es posible que experimentes diversos síntomas y fluctuaciones en tu estado físico y emocional.
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Cambios clave en tu cuerpo
Durante el tercer trimestre, las hormonas desempeñan un papel fundamental en la preparación de tu cuerpo para el parto. Es posible que experimentes dolor de espalda, ya que las hormonas del embarazo relajan los tejidos conjuntivos de la pelvis.
A medida que el bebé crece y presiona contra el diafragma, es probable que sientas que te falta el aire.
Es posible que empiece a salir calostro, una forma de leche materna temprana, por los pezones. Es rico en nutrientes y prepara el terreno para la lactancia.
También es normal que aumente el flujo vaginal, ya que tu cuerpo se está preparando para el momento del parto.
Los controles prenatales periódicos son importantes para vigilar estos cambios y asegurarse de que tanto tú como tu bebé están sanos.
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Desarrollo del bebé en el tercer trimestre
Tu bebé experimenta cambios decisivos durante las semanas 28 a 40. Durante este tiempo, crecerá considerablemente y aumentará de peso y de estatura.
En la semana 28, puede pesar alrededor de 1.02 kilos (2.25 libras) y medir unos 37.6 cm (14.8 pulgadas). La posición del bebé cambia y, a menudo, se coloca con la cabeza hacia abajo para prepararse para el nacimiento. Los pulmones también maduran y el bebé practica movimientos respiratorios inhalando y exhalando líquido amniótico.
Continúa su desarrollo sensorial y el bebé puede responder a la luz, el sonido y el tacto. La grasa se acumula bajo su piel, lo que le ayudará a regular su temperatura corporal tras el nacimiento.
En la semana 40, muchos bebés están listos para conocer el mundo, aunque algunos pueden nacer un poco antes o después.
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Las citas prenatales son muy importantes en el tercer trimestre
Durante el tercer trimestre, las citas prenatales se vuelven más frecuentes. Estas visitas son fundamentales para vigilar tu salud y el desarrollo de tu bebé. Saber qué esperar puede ayudarte a estar preparada y a asegurarte de que tanto tú como tu bebé gozan de buena salud.
Frecuencia de las visitas al médico y qué esperar
En el tercer trimestre, las visitas al médico deben ser cada dos o cuatro semanas. A medida que se acerca la fecha prevista del parto, sobre todo después de la semana 36, las visitas deben ser semanales.
El médico te tomará la presión arterial y te pesará. También escuchará los latidos del corazón del bebé y medirá el tamaño de tu barriga para asegurarse de que el crecimiento del feto es adecuado. Es posible que hablen sobre los planes de parto y aborden cualquier duda o preocupación que tengas.
A finales del embarazo, suelen realizarse pruebas como la de detección de estreptococos del grupo B para asegurarse de que todo está listo para un parto seguro.
Las revisiones periódicas permiten detectar precozmente cualquier posible problema y proporcionan apoyo durante este momento tan emocionante y crucial.
Preparación para el trabajo de parto y el nacimiento
A medida que se acerca el parto, es fundamental estar atenta a los primeros signos y preparar un plan de parto detallado. Así, tanto tú como tu pareja estarán listos para el gran día.
Cómo reconocer los primeros signos del trabajo de parto
Conocer los signos del trabajo de parto es importante para iniciar el viaje al hospital o a la clínica de maternidad.
La principal señal son las contracciones, que se vuelven regulares e intensas con el paso del tiempo. A diferencia de las contracciones de Braxton Hicks, que suelen ser irregulares e indoloras, las verdaderas contracciones de parto se vuelven más seguidas y duran más tiempo.
Es posible que notes la pérdida del tapón mucoso o que experimentes una secreción rosada o parduzca que indica que el parto está próximo y se conoce como flujo sanguinolento. Algunas mujeres experimentan un aligeramiento, que se produce cuando el bebé desciende hacia la pelvis, lo que provoca un aumento de la presión sobre esta.
También debes estar alerta por si se rompe la fuente, lo que se manifiesta como un chorro o una pérdida constante de líquido.
Elaboración del plan de parto
Un plan de parto bien elaborado resume tus preferencias para el trabajo de parto y el parto. Habla con tu médico para adaptarlo a tus necesidades. Considera opciones para controlar el dolor, como la anestesia epidural o métodos más naturales, como técnicas de respiración.
Haz una lista de las personas que quieres que estén presentes en el parto y decide con qué posturas te sientes más cómoda. Haz planes también para situaciones imprevistas. Por ejemplo, piensa si estarías dispuesta a someterte a una cesárea en caso de que fuera necesario.
Comparte este plan con tu pareja y tu médico para asegurarte de que todos lo entienden.
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Problemas de salud frecuentes durante el tercer trimestre
Durante el tercer trimestre pueden surgir algunos problemas de salud que requieren una estrecha vigilancia y control. Trastornos como la diabetes gestacional, la preeclampsia y otras complicaciones son más frecuentes durante esta etapa, pero con una atención prenatal adecuada, la mayoría pueden tratarse eficazmente.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional se produce cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina para regular el nivel de azúcar en sangre durante el embarazo. Suele diagnosticarse mediante una prueba de tolerancia a la glucosa en el segundo o tercer trimestre.
Si no se trata, la diabetes gestacional puede provocar complicaciones, como un elevado peso al nacer o un parto prematuro. Sin embargo, controlar la glicemia con dieta, ejercicio y, en algunos casos, insulina, puede ayudar a garantizar un embarazo y un parto sanos.
Tu médico vigilará de cerca tus niveles de azúcar en sangre y puede proporcionarte un plan de alimentación especializado para mantener todo bajo control.
Preeclampsia
La preeclampsia es un trastorno grave caracterizado por hipertensión arterial y presencia de proteínas en la orina, que suele ocurrir después de la semana 20 de embarazo. Puede afectar tanto a la salud de la madre como a la del bebé y provocar complicaciones como daños en los órganos o restricción del flujo sanguíneo al bebé.
Los síntomas pueden incluir un aumento repentino de peso, hinchazón (sobre todo de la cara y las manos), fuertes dolores de cabeza y problemas de visión. Cuando se diagnostica, se recomienda vigilar estrechamente la presión arterial y, posiblemente, adelantar el parto. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización para proteger tanto a la madre como al bebé.
Placenta previa
La placenta previa se produce cuando la placenta cubre parte o la totalidad del cuello uterino, lo que puede bloquear la salida del bebé durante el parto. Este trastorno suele identificarse mediante una ecografía.
Si la placenta no se desplaza a medida que avanza el embarazo, puede provocar hemorragias y requerir una cesárea. Un seguimiento regular por parte del médico determinará el plan de parto más seguro.
Parto pretérmino
El parto prematuro es aquel que comienza antes de la semana 37 de embarazo. Los primeros signos son contracciones regulares, dolor lumbar o cambios en el flujo vaginal.
Si presentas estos síntomas, ponte en contacto inmediatamente con tu médico. Una intervención temprana puede retrasar el parto y dar más tiempo al bebé para desarrollarse antes de nacer.
Retraso del crecimiento intrauterino (RCIU)
El RCIU es un trastorno que se caracteriza por la falta de crecimiento del feto dentro del útero según lo esperado. Puede deberse a varios factores, como problemas con la placenta, problemas de salud de la madre o un aporte insuficiente de nutrientes al feto.
El médico controlará el crecimiento del bebé mediante ecografías y, si el problema es grave, puede recomendar adelantar el parto.
Colestasis del embarazo
La colestasis es un trastorno hepático que puede desarrollarse en el tercer trimestre y provocar prurito intenso, sobre todo en manos y pies. Está relacionado con una acumulación de ácidos biliares en el torrente sanguíneo y puede aumentar el riesgo de complicaciones como parto prematuro o muerte fetal.
Si experimentas escozor intenso sin erupción, consulta a tu médico de inmediato. Esta enfermedad se puede diagnosticar mediante un análisis de sangre y pueden recetarse medicamentos para reducir el nivel de bilis.
Tratamiento de estos trastornos
Si te diagnostican alguna de estas enfermedades, tu médico elaborará un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades. Puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, reposo en cama o la programación de una cesárea para garantizar un parto más seguro.
Las consultas prenatales periódicas, prestar atención a los cambios que se producen en el cuerpo y notificar cualquier síntoma inusual pueden ayudar a detectar estos problemas a tiempo, lo que garantiza los mejores resultados tanto para ti como para tu bebé.
Mantener una buena salud durante el tercer trimestre
A medida que se acerca el final del embarazo, es fundamental prestar atención a la alimentación y hacer ejercicio físico. Una dieta balanceada ayuda a prevenir el aumento de peso y mantiene estables tus niveles de energía. El ejercicio suave alivia molestias comunes como el dolor de espalda y la hinchazón.
Nutrición e hidratación
Una alimentación balanceada durante el tercer trimestre es esencial para el crecimiento del bebé y tu bienestar.
Las proteínas son importantes para desarrollar la musculatura y el calcio fortalece los huesos. Además, se debe aumentar la ingesta de hierro para evitar la anemia.
El ardor de estómago y las náuseas también son habituales. Para controlar estos síntomas, se recomienda hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día y mantenerse bien hidratado.
Beber agua ayuda a aliviar el estreñimiento y reduce la hinchazón. Se recomienda beber al menos ocho vasos al día.
Los alimentos ricos en fibra, como la fruta, la verdura y los cereales integrales, también pueden ayudar a prevenir las hemorroides y a mantener un sistema digestivo sano.
Hacer ejercicio y moverse sin riesgos
Realizar ejercicios suaves puede aliviar algunas molestias del tercer trimestre, como el dolor de espalda, la hinchazón y la fatiga.
Las clases de yoga prenatal o las sesiones suaves de natación son buenas opciones. Estas actividades pueden mejorar tu estado de ánimo y reducir el estrés. Incluye técnicas de respiración que puedan ayudarte con la falta de aire y prepararte para el parto.
Evita cualquier actividad extenuante que pueda empeorar problemas como la ciática o las varices. Presta atención a tu cuerpo y descansa cuando te sientas agotada.
Consulta siempre a tu médico antes de empezar una nueva rutina de ejercicios para asegurarte de que se adapta a tus necesidades específicas.
Bienestar emocional y salud mental en el tercer trimestre
Durante el tercer trimestre es normal experimentar una mezcla de emociones. A continuación encontrarás algunos consejos para gestionar estos sentimientos y reducir el estrés, lo que favorecerá tu salud mental.
Cómo afrontar las emociones más comunes
A medida que se acerca la fecha probable del parto, pueden surgir sentimientos de excitación, ansiedad e incluso cambios de humor.
Puede que te sientas ansiosa por el parto o por ser madre. En ocasiones, esta ansiedad provoca síntomas físicos como dolores de cabeza o mareos.
Estos sentimientos son normales, pero si se vuelven abrumadores, es importante que hables con tu médico.
Los altibajos emocionales también pueden deberse a cambios hormonales. Por ejemplo, sentirse torpe o incómoda es común a medida que el cuerpo cambia. Estas dificultades físicas pueden contribuir al malestar emocional.
Mantener conversaciones abiertas con tus seres queridos puede proporcionarte apoyo durante estos momentos.
Medidas prácticas para reducir el estrés
El control del estrés es fundamental en el tercer trimestre. Técnicas sencillas como los ejercicios de respiración profunda y el yoga prenatal pueden ser de ayuda. Estas actividades favorecen la relajación y pueden mejorar el insomnio al calmar la mente. Busca un lugar cómodo y practícalas con regularidad.
Hacer una lista de preparativos para el bebé puede ayudar a aliviar el estrés al organizar las tareas. Prioriza lo esencial, como acondicionar una zona segura para que el bebé duerma.
Considera la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo. Compartir experiencias con otras personas en una situación similar puede resultar reconfortante y ofrecer consejos prácticos.
Preparar la casa para la llegada del bebé
Prepararse para la llegada del bebé implica organizar su espacio y preparar la maleta con los artículos que necesitarás para ir al hospital. Concéntrate en crear un entorno acogedor y seguro para reducir el estrés.
Organizar el espacio del bebé
Empieza por preparar la habitación o una zona designada para que duerma. Haz que sea acogedora y segura, y cerciórate de que la cuna o el moisés cumplan las normas de seguridad.
Las normas de seguridad para cunas y moisés incluyen utilizar colchones firmes y planos para evitar la asfixia y que las barras tengan una separación máxima de 5 cm para evitar que la cabeza del bebé quede atrapada. Evita colocar sábanas sueltas, almohadas o juguetes de peluche donde dormirá el bebé para reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Ten a mano todo lo necesario: ropa, pañales y artículos para el bebé. También puedes añadir una silla cómoda para dar el pecho por la noche.
Ten en cuenta también las opciones de almacenaje para el bebé. Los cestos y las estanterías te ayudarán a organizar los juguetes y demás artículos. Tener un sitio para cada cosa ayuda a mantener la habitación ordenada.
Si tienes poco espacio, los muebles multiusos son la solución perfecta.
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Preparar la maleta para el hospital
Empaca tu maleta con antelación para no tener prisa cuando llegue el momento.
No olvides incluir documentos importantes, como el DNI y los datos del seguro. Lleva ropa cómoda para ti y para el bebé, y, si es posible, un conjunto para cuando vuelvas a casa. Tampoco olvides los artículos básicos de aseo y cualquier otro objeto personal que pueda ayudarte a sentirte más tranquila.
Recuerda incluir una silla de auto para recién nacidos en tu lista de equipaje. Asegúrate de que está bien instalada antes de ir al hospital. Consulta también las leyes vigentes sobre la seguridad de las sillas de auto para garantizar su cumplimiento.
También puedes llevar una lista de contactos de pediatras por si surge alguna duda inmediatamente después del nacimiento.
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Preguntas frecuentes
¿Qué es probable que ocurra durante el tercer trimestre de embarazo?
Es posible que te sientas más incómoda a medida que crece tu bebé. Podrías tener contracciones de práctica, dolor de espalda e hinchazón de pies. Puede que te falte el aire y tengas muchas ganas de orinar. Dormir puede ser más difícil. También es posible que tus pechos pierdan un poco de leche. Tu bebé se moverá mucho y lo notarás.
¿Cuándo empieza el cansancio del tercer trimestre?
La mayoría de las mujeres vuelven a sentirse muy cansadas entre las semanas 28 y 32. Esto ocurre porque estás cargando más peso, es más difícil dormir y tu cuerpo está trabajando duro para ayudar a crecer a tu bebé. Es posible que te sientas fatigada de vez en cuando o siempre. Procura descansar cada vez que puedas e informa a tu médico si te sientes agotada todo el tiempo.
¿Qué ocurre con la madre durante el tercer trimestre?
Tu vientre crece mucho para dejar sitio al bebé. Esto puede presionar tus otros órganos y hacerte sentir incómoda. También cambian tus hormonas, lo que puede afectar tu estado de ánimo. Aumentas de peso y tu cuerpo se prepara para producir leche. Es posible que sientas mucho cansancio y que tu piel se oscurezca en algunas zonas. Tu cuerpo empieza a prepararse para el parto.
¿Se puede dar a luz en cualquier momento del tercer trimestre?
Los bebés que nacen después de la semana 37 suelen estar bien. Los que nacen entre la semana 34 y la 36 pueden necesitar cuidados especiales. Los que nacen antes de la semana 34 necesitan atención médica especial. Si es posible, es mejor que el bebé permanezca en el útero hasta la semana 40.
¿Cómo saber si el bebé va a nacer antes de tiempo?
Observa si tienes contracciones regulares antes de la semana 37, sobre todo si se vuelven más fuertes. Otros signos son la rotura de fuente, una mayor presión en la parte inferior del vientre, dolor lumbar o cambios en el flujo. Si notas estos síntomas, llama inmediatamente a tu médico.
¿Es incómodo el tercer trimestre? ¿Es normal que el bebé descienda a las 27 semanas?
El tercer trimestre puede resultar bastante incómodo. Es posible que te sientas cansada, que te cueste dormir y que tengas dolor de espalda o pies hinchados. Pero esto es diferente para cada persona. Por lo general, los bebés no descienden a las 27 semanas; eso suele ocurrir más adelante. Si crees que tu bebé ha descendido antes de tiempo, habla con tu médico.