Es normal que los padres se preocupen si su recién nacido regurgita sangre, pero mantenerse informado puede ayudar a aliviar esa preocupación. Esto puede ocurrir por varias razones, desde una pequeña irritación durante la toma hasta restos de sangre de un pezón agrietado, pasando por sensibilidades digestivas transitorias. Una pequeña cantidad de sangre en las regurgitaciones no suele ser motivo de urgencia, pero si se repite o aumenta, es recomendable consultar a un médico. El color de la regurgitación (marrón, rojizo o de otro tono) puede dar pistas sobre cuándo se ha producido la hemorragia. Saber qué es lo típico (regurgitaciones de color blanco cremoso o transparente) ayuda a identificar las señales de alarma.
¿Por qué tu bebé regurgita sangre?
Ver sangre en la regurgitación del bebé puede resultar preocupante, pero intenta mantener la calma. Hay varias razones por las que esto ocurre y la mayoría de ellas son fácilmente tratables.
- Durante la lactancia, es común que los pezones de la madre se agrieten y sangren. Esta sangre puede mezclarse con la leche que el bebé regurgita.
- La sangre deglutida por hemorragias nasales leves, traumatismos orales (como morderse los labios o la lengua) e incluso durante el parto, puede aparecer cuando el bebé regurgita.
- La irritación del esófago provocada por episodios frecuentes de regurgitación o reflujo en el recién nacido puede causar pequeños desgarros que provocan sangrado.
- Algunas enfermedades pueden causar vómitos graves o sensibilidad estomacal, lo que acaba provocando la ruptura de pequeños vasos sanguíneos.
- En raras ocasiones, las sensibilidades o alergias alimentarias, incluyendo las reacciones a la leche de fórmula o a las proteínas de la leche materna, pueden causar inflamación en el tubo digestivo.
- Algunos medicamentos, como los antibióticos (ya sea que los tome el bebé o la madre lactante), pueden irritar la mucosa del estómago.
- Las infecciones o enfermedades poco frecuentes, como la gastritis o los trastornos hemorrágicos, son causas menos comunes, pero posibles.
La mayoría de las veces, la causa es benigna y pasajera, pero hablar de los síntomas con el pediatra permite descartar problemas graves y sentirse más tranquilo..
¿Qué significa la presencia de una pequeña cantidad de sangre en el vómito?
Ver sangre en el vómito de tu bebé siempre es preocupante, pero tómate un momento para observar detenidamente qué aspecto tiene: eso te dará una pista sobre si necesitas acudir rápidamente al médico o si basta con hacer un seguimiento.
- La presencia de pequeñas manchas de color rojo brillante mezcladas con la saliva de tu bebé suele indicar una pequeña hemorragia reciente en la garganta o en la parte superior del tubo digestivo.
- Las manchas de color rosado o rojo claro en la leche regurgitada suelen ser menos preocupantes que las de colores más oscuros.
- Si el sangrado aparece en forma de pequeños puntos de color marrón oscuro o negro (como café molido), significa que la sangre se ha digerido parcialmente y requiere una evaluación médica.
- Un único episodio de vómito con manchas de sangre en un bebé que, por lo demás, está sano, activo y se alimenta bien, no suele requerir atención de urgencia, sobre todo si hay una explicación clara, como la presencia de grietas en los pezones durante la lactancia.
No obstante, si los episodios se repiten o aumenta la cantidad de sangre, se debe buscar atención médica inmediata. Incluso en el caso de episodios leves, hay que documentar la presencia de sangre en el vómito e informar al médico en la siguiente consulta de seguimiento para garantizar la salud del bebé.
¿Qué debo hacer si mi hijo regurgita sangre?
Comprender la causa de la presencia de sangre en la leche regurgitada de tu bebé es una cosa, pero saber cómo reaccionar es otra. Tener un plan claro te ayuda a mantener la calma, a concentrarte y a asegurarte de que tu bebé reciba la atención adecuada en el momento oportuno. Esto es lo que debes saber:
1. Comprueba primero estas causas comunes de sangrado.
Antes de entrar en pánico, comprueba si la sangre del vómito de tu bebé puede proceder de grietas en tus pezones cuando le estabas dando el pecho; es algo muy común y que no resulta perjudicial para tu bebé. También debes examinar la boca del bebé en busca de pequeños cortes u otras lesiones que puedan explicar el sangrado, como un labio mordido o lesiones en las encías.
2. Aprende a interpretar los distintos tipos de sangrado en el vómito del bebé.
El color dice mucho. En general, un color rojo vivo y fresco suele indicar que la hemorragia es reciente, mientras que un color marrón oscuro o negro, como "café molido", podría significar que lleva algún tiempo en el estómago. Además, fíjate en la cantidad de sangre que ves; la presencia de trazas o pequeños puntos debería ser menos preocupante que encontrar grandes manchas.
3. Observa el comportamiento de tu bebé
Comprueba si está alerta y receptivo, si su respiración es normal y si muestra los niveles de actividad habituales. Busca signos de alarma urgentes, como letargo, palidez, si rechaza comer o si presenta signos de deshidratación (boca seca, llanto sin lágrimas, hundimiento de la fontanela). Anota la hora y la cantidad de vómitos sanguinolentos, junto con cualquier otro síntoma inusual. Si tu bebé muestra algún signo preocupante, especialmente si es menor de tres meses o si la hemorragia continúa, busca atención médica de urgencia de inmediato.
4. Mantén a tu bebé cómodo
Manténlo en posición erguida para evitar que siga vomitando y para que se sienta seguro. Cuando haya dejado de vomitar y si el médico lo aprueba, ofrécele pequeños sorbos de agua si ya tiene edad suficiente. Para la limpieza, utiliza toallitas suaves como las toallitas húmedas Momcozy 99 % agua: su gran tamaño y su fórmula libre de productos químicos hacen que la suciedad desaparezca rápidamente sin dañar la piel sensible. Durante los episodios nocturnos, utilizar el calentador de toallitas de gran capacidad Momcozy puede ayudar a que el bebé esté más tranquilo y relajado mientras lo limpias, ya que las toallitas frías pueden sobresaltarlo. Recuerda cambiarle rápidamente la ropa manchada y mantener un ambiente tranquilo y relajante. Vigila la cantidad de pañales que moja para confirmar que no haya signos de deshidratación y mantén al bebé en posición vertical durante unos 30 minutos después de que vomite.
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5. Establece una comunicación efectiva con tu médico
En los casos leves, llama primero a tu pediatra, ya que conoce el historial de tu bebé y podrá orientarte mejor. Si es posible, guarda una muestra del vómito para enseñársela al médico, ya que así podrá entender mejor lo que está ocurriendo. Recuerda que siempre es mejor llamar y asegurarte de que todo va bien que preocuparte sola.
¿Por qué mi bebé regurgita mucosidad marrón?
La presencia de mucosidad marrón en el vómito de tu bebé podría indicar la presencia de sangre antigua, leche digerida u otros factores. Esto es lo que puede estar ocurriendo:
- Sangre digerida: la sangre ingerida anteriormente, por ejemplo la proveniente de pezones agrietados durante la lactancia o la sangre del cordón umbilical al nacer, puede volverse marrón al digerirse en el estómago.
- Mucosidad asociada a alguna enfermedad: los resfriados comunes o las infecciones respiratorias pueden provocar la acumulación de mucosidad que se combina con el contenido del estómago y adquiere un color marrón.
- Reflujo con irritación: los episodios frecuentes de reflujo ácido pueden causar irritación en el esófago y provocar la aparición de pequeñas cantidades de sangre que se van oscureciendo con el tiempo.
- Reacción a la fórmula o algún alimento: algunas fórmulas infantiles o alimentos pueden teñir temporalmente el vómito de color marrón, sobre todo si se mezclan con el ácido estomacal.
- Bilis o meconio: en los recién nacidos, el vómito marrón puede indicar la presencia de bilis o de meconio residual, aunque esto es poco frecuente después de los primeros días.
Si la mucosidad marrón solo aparece una vez y, por lo demás, tu bebé parece sano, solo tienes que estar atenta. Sin embargo, si este síntoma se repite, va acompañado de fiebre, letargo, problemas para alimentarse o notas otros síntomas inusuales, debes llamar a tu médico. Así se podrá descartar cualquier infección, obstrucción u otro problema que requiera atención.
¿Qué significa que la leche que regurgita mi bebé tenga un color óxido?
Un tinte de color óxido en las regurgitaciones de tu bebé suele indicar la presencia de sangre vieja que ha interactuado con los ácidos del estómago, lo que provoca que cambie de rojo brillante a un tono más oscuro. Este cambio de color se produce cuando la sangre se descompone con el tiempo. Esto puede deberse a diversas causas:
- Durante la lactancia, los restos de sangre de los pezones agrietados o doloridos pueden mezclarse con la leche, digerirse y aparecer en la leche regurgitada con un aspecto oxidado.
- El reflujo ácido o las regurgitaciones frecuentes pueden provocar pequeñas hemorragias en el esófago que se oscurecen tras la exposición a los ácidos estomacales.
- La sangre ingerida anteriormente (procedente, por ejemplo, de una pequeña herida en la boca o de las fosas nasales) puede adquirir un color parecido al óxido después de pasar por el estómago.
Los episodios aislados sin otros síntomas (como letargo o rechazo a los alimentos) no suelen ser motivo de alarma. Sin embargo, si las regurgitaciones de color óxido se repiten, sobre todo si van acompañadas de irritabilidad, vómitos o signos de malestar, es recomendable consultar con un pediatra para descartar problemas como infecciones, irritación gastrointestinal o trastornos metabólicos poco frecuentes. En caso de duda, es recomendable consultar rápidamente con el pediatra para garantizar el bienestar del bebé.
¿De qué color debe ser el reflujo de un recién nacido?
El reflujo en los recién nacidos suele ser inofensivo y su aspecto puede variar ligeramente en función de los patrones de alimentación y digestión. Aunque los episodios ocasionales son habituales, los cambios de color pueden ayudar a diferenciar el reflujo habitual de posibles problemas. A continuación, te damos algunas pautas para que sepas qué es lo normal y cuándo debes consultar a un médico.
Colores normales del reflujo
- Blanco o cremoso: es el más común y se parece a la leche cuajada debido a la interacción de los ácidos estomacales con la leche materna o de fórmula. Es normal y no es motivo de preocupación..
- Claro o acuoso: suele ocurrir cuando la saliva o la mucosidad se mezclan con el contenido del estómago, sobre todo después de eructar o de una toma ligera.
- Ligero tinte amarillo: si la leche parcialmente digerida se mezcla con los jugos gástricos, puede adquirir este color, sobre todo en los bebés alimentados con leche de fórmula.
Colores que deberían alertarte
- Verde: puede tratarse de bilis, lo que podría indicar una obstrucción intestinal, como estenosis pilórica o malrotación. Acude inmediatamente al servicio de urgencias más cercano.
- Amarillo brillante o naranja: es inusual y puede indicar problemas de hígado o vesícula biliar, sobre todo si el bebé también presenta ictericia.
- Rojo, rosado o color óxido: indica la presencia de sangre (fresca o digerida). Busca primero causas obvias, como grietas en los pezones o lesiones en la boca. Si no estás segura, consulta a un médico.
- Marrón o parecido al café molido: indica la presencia de sangre más antigua, digerida en el estómago, por lo que debe realizarse un examen para descartar una irritación gastrointestinal.
Nota: la consistencia también es importante. El reflujo espumoso, lleno de mucosidad y especialmente el vómito en proyectil requiere una llamada al pediatra, aunque el color parezca normal.
Cuándo llamar al médico si tu bebé regurgita sangre
Aunque la presencia de pequeñas cantidades de sangre en las regurgitaciones de un bebé (por ejemplo, debido a pequeñas grietas en los pezones o a una irritación en la boca) no siempre es señal de peligro, ciertos síntomas requieren una evaluación médica urgente para descartar problemas graves. A continuación, te ofrecemos unas pautas claras que te ayudarán a saber cuándo debes buscar atención médica.
1. Acude inmediatamente a urgencias si:
- Tu bebé vomita una gran cantidad de sangre de color rojo brillante o trazos de sangre y coágulos en repetidas ocasiones, es posible que se trate de una hemorragia activa.
- El vómito parece café molido (marrón oscuro o negro con textura granulada), indica que la sangre procede de una hemorragia interna en el estómago o la parte superior del intestino.
- El bebé muestra signos de shock, como piel pálida o azulada, letargo extremo, flacidez o dificultad para mantenerse despierto.
- Pueden aparecer otros síntomas graves, como respiración rápida o dificultosa, abdomen hinchado o rígido, o sangre en las heces, que pueden presentar un color rojo, negro o parecido al alquitrán.
2. Ponte en contacto con tu pediatra inmediatamente si:
- Los vómitos persisten durante más de 24 horas o se producen varias veces en pocas horas, especialmente si van acompañados de signos de deshidratación, como labios secos, fontanela hundida o menos de seis pañales mojados al día.
- No se encuentra un origen claro del sangrado (por ejemplo, no hay lesiones en el pezón materno ni cortes visibles en la boca o la nariz del bebé).
- El bebé tiene fiebre mayor a 38 °C (100.4 °F), tiene menos de tres meses o rechaza totalmente el pecho, arqueándose o llorando excesivamente durante la toma.
3. Sigue de cerca los casos leves, pero mantente alerta:
- Si el sangrado parece tener un origen claro y es leve, por ejemplo, pequeñas abrasiones en el pezón materno que se curan en uno o dos días, y tu bebé se alimenta bien, está activo y moja suficientes pañales, no hace falta contactar con el pediatra urgentemente, puedes esperar y llamar en horario laboral.
- Nunca retrases la atención si tu instinto te dice que algo no va bien, aunque los síntomas parezcan leves. La intuición de los padres es una parte importante del cuidado del lactante.
Nota final: la regla de oro es que, en caso de duda, siempre es mejor pecar de precavido. Los trastornos relacionados con obstrucciones gastrointestinales, infecciones o alteraciones metabólicas requieren un diagnóstico precoz; por tanto, es fundamental ponerse en contacto de inmediato con el centro de salud para recibir la atención necesaria y asegurarse de que todo está bien.
Reconoce los colores que pueden ser señales de alarma en las regurgitaciones de tu bebé: actúa rápido para estar tranquila
La mayoría de las regurgitaciones de los bebés no tienen importancia, pero si presentan colores inusuales, como verde, rojo o marrón oscuro, puede ser señal de que algo va mal. Confía en tu instinto: si tu bebé vomita sangre, está inquieto o presenta otros signos preocupantes, llama inmediatamente al pediatra. Cuanto antes se detecte un problema, antes se podrá intervenir y mantener a salvo a tu bebé. En caso de duda, llama a tu pediatra, que te asesorará sobre todas tus inquietudes relacionadas con las regurgitaciones.