Congestión en bebés explicada: Qué hacer y cómo ayudar

Baby Congestion Explained: What to Know and How to Help

Ver a tu bebé congestionado puede ser estresante, especialmente cuando les dificulta respirar, comer o dormir. Lo bueno es la congestión en bebés suele ser común y nada de qué preocuparse. Saber qué lo ocasiona, cómo ayudar y cuándo acudir al médico puede hacer una gran diferencia, y eso es exactamente de lo que hablaremos.

¿Por qué tu bebé está congestionado?

La congestión en los bebés ocurre cuando las fosas nasales se obstruyen o se hinchan, dificultando que tu bebé respire con facilidad. Esto se debe a que los conductos nasales de un bebé son muchos más pequeños y sensibles que los de un adulto, por ello, incluso pequeñas irritaciones pueden causar congestión en los bebés. Hay unas cuantas razones del por qué tu bebé podría estar congestionado:

  • Resfriados o virus: El sistema inmunitario del bebé aún está en fase de desarrollo, y es muy susceptible a resfríos u otras formas de infecciones respiratorias que pueden acabar provocando congestión nasal.
  • Aire seco: Durante invierno o cuando el aire acondicionado está encendido, el aire seco irrita las fosas nasales de un bebé, provocando congestión.
  • Alergias o irritantes: Cuando los alérgenos incluyen polvo, caspa de mascotas, o incluso fragancias, incluyendo perfumes y productos de limpieza, la congestión definitivamente va a atacar.
  • Dentición: A veces se considera una causa de sobreproducción de mucosidad y congestión leve del bebé en algunos casos.
  • Adaptación nasal del recién nacido: En las primeras semanas de vida, los bebés pueden sonar congestionados, a medida que sus conductos nasales se adaptan a respirar fuera del vientre. Esto suele ser inofensivo y temporal.
  • Reflujo: El reflujo ácido a veces inflama el conducto nasal para que el bebé manifieste algún tipo de síntoma similar al resfriado.

Cómo saber si tu bebé está congestionado

Puede ser difícil averiguar si tu bebé está congestionado, pero hay signos específicos que pueden ayudarte a identificar la congestión nasal con mayor precisión:

1. Respiración ruidosa

Si a tu bebé le suenan los mocos en la garganta o si los sonidos normales de la respiración son diferentes, como mocos, traqueteos o silbidos, por ejemplo, significa que los mocos pueden obstruir parcialmente sus fosas nasales o su garganta. Esto puede notarse especialmente cuando el bebé está tumbado o durmiendo, debido a los efectos de la gravedad sobre la forma en que los mocos se depositan en las vías respiratorias.

2. Inquietud o irritabilidad

Esta congestión incomoda al bebé, ya que a veces interfiere en la facilidad para respirar. El bebé llora más a menudo o parece inquieto o irritable y no puede calmarse fácilmente para las siestas o la hora de dormir.

3. Dificultad en las tomas

Si tu bebé parece congestionado después de comer, esto puede dificultar su alimentación. Los bebés dependen de la nariz para respirar mientras toman el pecho o el biberón, y la congestión puede obligarlos a hacer pausas frecuentes para recuperar el aliento. Esto puede provocar frustración, acortar las tomas o incluso negarse a comer.

4. Secreción nasal

La presencia de mucosidad visible en las fosas nasales o alrededor de ellas es un signo claro de congestión del bebé. Esta mucosidad puede variar de color: la mucosidad clara suele estar relacionada con irritaciones leves o alergias, mientras que la mucosidad amarilla o verde puede indicar una infección.

5. Tos o estornudos

Tu bebé toserá o estornudará con más frecuencia, ya que su cuerpo intenta deshacerse de la mucosidad o el irritante de las fosas nasales.

6. Fosas nasales dilatadas o respiración por la boca

Si las fosas nasales de tu bebé se abren con cada respiración o si respira por la boca en lugar de por la nariz, es un signo seguro de que no está recibiendo suficiente aire debido a una obstrucción de las fosas nasales.

Cómo lidiar con la congestión nasal de un bebé

Si tu bebé está congestionado, existen muchos métodos sencillos y seguros para ayudarlo a respirar más fácil y se sienta cómodo. Los bebés no pueden sonarse la nariz, por lo que dependen de ti para despejar sus fosas nasales. Esto es lo que puedes hacer:

  • Usa un aerosol nasal salino o gotas: La solución salina no irrita al bebé y ayuda a aflojar la mucosidad de sus pequeñas fosas nasales. Puedes pulverizar o poner unas gotas en cada fosa nasal para facilitar la eliminación de la mucosidad.
  • Aspiración con jeringa de bulbo o aspirador nasal: Después de usar gotas salinas, puedes succionar suavemente la mucosidad desprendida con un aspirador nasal para bebés. El Aspirador nasal de grado médico Momcozy es una herramienta útil para despejar la nariz de tu bebé tapada de tu bebé. Este aspirador nasal eléctrico y recargable ofrece 9 niveles de potencia de succión de hasta 65 kPa, por lo que es a la vez eficaz y suave. Es fácil de limpiar y viene con tres estilos de punta diferentes para adaptarse a las necesidades de tu bebé.
  • Usa un humidificador o vaporizador de vapor frío: Si añades un poco de humedad al aire, evitarás que las fosas nasales se resequen y tu bebé podrá respirar con facilidad, especialmente en climas secos durante el invierno, cuando la calefacción interior tiende a secar el aire.
  • Mantén a tu bebé erguido: Mantener al bebé en posición vertical, es especialmente conveniente durante la alimentación y el sueño, puede ayudar a un bebé con este tipo de problema, ya que su congestión nasal no podrá acumularse tanto. Una posición para dormir un poco elevada, como colocar una toalla bajo el colchón de la cuna, también pueden aliviarlo, pero asegúrate de seguir las pautas de sueño seguro.
  • Dales mucho líquido: Dar al bebé abundante líquido puede ayudarlo a diluir la mucosidad y a poder eliminarla fácilmente. Esto se conseguirá dándole frecuentemente el pecho o el biberón, mientras que los bebés mayores tomarán pequeños sorbos de agua, lo que es adecuado para su edad.
  • Usa vapor para aflojar la mucosidad: Sentarte con tu bebé en un baño con vapor puede ayudar a aflojar la mucosidad y aliviar la congestión. Abre la ducha para crear vapor en la habitación, pero no metas al bebé en el agua.
  • Evita irritantes: Mantén a tu bebé alejado del humo del tabaco, perfumes fuertes y otros irritantes que podrían empeorar la congestión del bebé.

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Estos pueden ayudar a descongestionar al bebé y a que se sienta mejor. No obstante, si los síntomas persisten, empeoran o tiene problemas para respirar, ponte en contacto con tu pediatra.

¿Qué significa el color de los mocos de tu bebé?

El color de los mocos de tu bebé puede darte pistas sobre la causa de su congestión. Aunque la mucosidad por sí sola no siempre es motivo de preocupación, entender el significado de los colores te ayudará a determinar si tu bebé necesita cuidados adicionales o una visita al médico:

Mucosidad transparente:

La más frecuente y que no suele ser motivo de preocupación es la mucosidad transparente, que suele indicar que el cuerpo del bebé está reaccionando a irritaciones leves, como la sequedad del aire, la dentición o las alergias. También es la mucosidad habitual al comienzo de un resfriado o cuando las fosas nasales del bebé se están adaptando a su entorno.

Mucosidad blanca:

Es posible, ya que cuando la congestión es mínima, las fosas nasales de tu bebé pueden hincharse y aparecer blancas. Esto suele ocurrir con temperaturas frías, pero sobre todo en la fase media o cuando la mucosidad se ha secado ligeramente debido a la deshidratación o al tránsito lento del flujo mucoso.

Mucosidad amarilla:

El color amarillo puede ser un signo de que el cuerpo de tu bebé está combatiendo algo, como un resfriado o una sinusitis. A veces, cuando se asienta en las fosas nasales, se vuelve de color amarillo debido a la presencia de glóbulos blancos. Por lo general, no suele ser motivo de preocupación mientras se encuentre bien por lo demás.

Mucosidad verde:

Los mocos verdes pueden aparecer cuando la mucosidad ha permanecido en las fosas nasales durante algún tiempo, sobre todo hacia el final de un resfriado. Aunque no suele ser motivo de preocupación, si la mucosidad verde persiste más de 10 días o va acompañada de fiebre, irritabilidad o mayor dificultad para respirar, puede indicar una infección bacteriana, por lo que debes llamar al pediatra.

Mucosidad rosada o teñida de rojo:

Si notas que está teñida de rosa o rojo, suele significar que hay un poco de sangre mezclada. Esto es común, ya que las fosas nasales pueden irritarse o secarse fácilmente por el exceso de succión, el aire seco y los estornudos. Por lo general es inofensivo, pero el uso de un humidificador y gotas de solución salina puede ayudar a prevenir una mayor irritación.

Mucosidad marrón o negra:

La mucosidad marrón o negra sugiere que tu bebé ha inhalado suciedad, polvo o humo. Si observas esto y tu bebé ha estado cerca de irritantes, intenta mantenerlo en un ambiente con aire más limpio. Si persiste sin motivo aparente, consulta a tu pediatra.

Aunque el color de los mocos puede proporcionar información útil, es importante centrarse en el comportamiento general del bebé y en sus síntomas. Si parecen inusualmente incómodos, tienen problemas para respirar, o presentan fiebre, lo mejor es consultar al médico.

¿Qué hace que un bebé parezca congestionado, aunque no tenga mucosidad?

No es raro que los bebés suenen congestionados, aunque no tengan mucosidad visible en la nariz. Esto se debe a muchas razones, la mayoría de las cuales son normales y no son motivo de alarma.

  • Los líquidos sobrantes pueden hacer que los recién nacidos suenen congestionados: En las primeras semanas de vida, los bebés pueden sonar congestionados debido a los restos de líquido amniótico o mucosidad en sus fosas nasales. También resoplan y traquetean mientras se acostumbran a respirar a través de una pequeña vía respiratoria fuera del útero.
  • Las narices pequeñas hacen que los bebés parezcan congestionados: Los bebés tienen unas fosas nasales muy pequeñas por naturaleza, y cualquier pequeña resistencia al paso del aire les hace sonar congestionados. Sin embargo, esto no significa que haya mucosidad; se trata simplemente de la forma en que el aire se mueve por sus diminutas vías respiratorias.
  • El aire seco puede causar sonidos de congestión: El aire interior seco, especialmente durante el invierno o en espacios con aire acondicionado, puede irritar el revestimiento nasal del bebé, haciendo que se hinche ligeramente y dando la impresión de congestión del bebé incluso sin mucosidad.
  • La leche puede volver a la nariz: A veces, la leche de la toma puede rebosar en las fosas nasales del bebé, sobre todo si regurgita con frecuencia o tiene reflujo. Esto puede hacer que suenen congestionados temporalmente, aunque no haya una obstrucción real.
  • Los ruidos normales del bebé pueden parecer congestión: La mayoría de los bebés hacen diversos ruidos al respirar, como bufidos, gruñidos y sibilancias. Suelen ser normales y se deben a la falta de madurez del aparato respiratorio.
  • Estar tumbado puede hacer que los bebés suenen congestionados: La posición del bebé puede afectar a la forma en que el aire pasa a través de las fosas nasales. Por ejemplo, si está tumbado boca arriba, a veces parece más congestionado, ya que la gravedad provoca una ligera hinchazón o estrechamiento nasal.
  • El polvo y el humo pueden causar sonidos de congestión: La presencia de polvo, humo u olores fuertes puede servir para irritar el sensible revestimiento de la nariz del bebé, hinchándolo ligeramente y produciendo así sonidos similares a la congestión sin mucosidad.

Si tu bebé parece congestionado, pero no tiene mucosidad visible y, por lo demás, come, duerme y respira con normalidad, es probable que no haya nada de qué preocuparse. Sin embargo, si muestra signos de dificultad para respirar, problemas para alimentarse o malestar persistente, conviene consultar al pediatra para descartar cualquier problema subyacente.

¿Qué hay que hacer cuando un bebé parece congestionado, pero no tiene mucosidad?

Si tu bebé parece congestionado, pero no tiene mucosidad visible, hay varias medidas que puedes tomar para ayudarlo a respirar más cómodamente. Aunque este tipo de congestión suele ser inofensiva, los siguientes consejos pueden ayudar a aliviar cualquier molestia y a mantener despejadas las vías respiratorias de tu bebé:

1. Usa un humidificador o vaporizador de vapor frío

Si añades humedad al aire, aliviarás la sequedad de las fosas nasales de tu bebé, que podría estar emitiendo sonidos similares a los de la congestión. Coloca un humidificador en la habitación en la que tu bebé duerme y pasa mucho tiempo, sobre todo si el aire es especialmente seco debido a la calefacción o al aire acondicionado.

2. Mantén hidratado a tu bebé

Una hidratación adecuada ayuda a mantener las fosas nasales del bebé húmedas y no irritadas. Para los recién nacidos, esto significa una alimentación frecuente de tomas de leche materna o de fórmula. Para los bebés más grandes, ofrecerles pequeños sorbos de agua (si tienen edad suficiente) también puede ser de ayuda.

3. Prueba la terapia de vapor

Sentarte en un baño con vapor con tu bebé durante unos minutos puede ayudar a aflojar cualquier irritante oculto o sequedad en sus vías respiratorias. Prepara una ducha caliente para crear vapor, pero no pongas al bebé directamente bajo el agua.

4. Comprueba su posición para dormir

Estar tumbado a veces puede hacer que los bebés parezcan más congestionados. Intenta mantenerlo en posición vertical durante las tomas o las siestas; así respira un poco mejor. Siempre que acuestes a tu bebé, sigue las recomendaciones de sueño seguro, colocándolo boca arriba sobre una superficie plana y firme y sin añadir almohadas ni obstáculos dentro de la cuna.

5. Limpia el aire que les rodea

Asegúrate de que el entorno de tu bebé esté libre de irritantes como el humo del tabaco, fragancias fuertes o polvo excesivo, ya que pueden provocar inflamación nasal y hacer que el bebé suene congestionado después de comer. Mantener el aire limpio y libre de irritantes puede ayudar a tu bebé a respirar más cómodamente.

6. Limpia su nariz con cuidado

Aunque no se vean mocos, es posible que haya mocos secos o restos en las fosas nasales de tu bebé. El Aspirador nasal para bebé 2 en 1 con pulverizador Momcozy simplifica el cuidado nasal combinando un pulverizador nasal y un aspirador eléctrico en un solo dispositivo. El pulverizador hidrata las fosas nasales con un apagado automático de 10 segundos para mayor seguridad, mientras que la succión, con una potente fuerza de 69 kPa, elimina eficazmente la mucosidad persistente. Funciona silenciosamente a menos de 40 dB, lo que garantiza una experiencia tranquila y sin estrés para tu bebé. Este diseño todo en uno proporciona un alivio rápido y mantiene cómodo a tu bebé. Evita la succión profunda a menos que se lo indique un pediatra.

7. Observa si hay otros síntomas

Si tu bebé parece congestionado, pero, por lo demás, come, duerme y respira con normalidad, es probable que no haya nada de qué preocuparse. Sin embargo, si muestra signos de dificultad para respirar, tos frecuente, fiebre o problemas para alimentarse, ponte en contacto con tu pediatra.

Cuando acudir a un médico

Aunque la congestión leve del bebé es frecuente y no suele ser motivo de preocupación, hay ocasiones en las que debes consultar a un médico. Ponte en contacto con tu pediatra si:

  • Respirar es difícil: Si tu bebé tiene dificultades para respirar, aletea por la nariz, gruñe o se le hunde el pecho con cada respiración (retracciones), busca ayuda inmediatamente.
  • Tiene labios o piel azules: Si se produce una decoloración azulada alrededor de los labios o en la piel, llévalo inmediatamente a consulta médica.
  • Tiene fiebre: Para los bebés menores de 3 meses, una temperatura rectal superior a 38 °C (100,4 °F); y para los bebés más grandes, las fiebres persistentes o altas deben ser examinadas por tu médico.
  • Tiene mala alimentación: Si tu bebé se niega a comer o beber, o parece deshidratado (menos pañales mojados, boca seca), consulta a un médico.
  • La congestión dura más de 10 días: Una congestión prolongada podría indicar una infección u otro problema subyacente.
  • Los síntomas empeoran: Si la congestión del bebé empeora o, además de la congestión, el bebé desarrolla tos persistente, irritabilidad o letargo, acude al médico.
  • Mucosidad inusual: Si hay mucosidad espesa verde, amarilla o sanguinolenta, especialmente con otros síntomas como fiebre o nerviosismo, puede ser necesario llamar al médico.

Confía en tus instintos: si algo no te parece bien o tu bebé parece estar especialmente incómodo, no dudes en llamar a tu pediatra. Siempre es mejor pecar de precavida cuando se trata de la salud de tu bebé.

Ayuda a tu bebé con la congestión

Tratar la congestión del bebé puede ser estresante, pero saber cómo ayudar marca una gran diferencia. Si tu bebé parece congestionado, conocer las posibles causas y remedios sencillos te ayudará a calmar las molestias de tu pequeño. Vigila sus síntomas, sé consciente de cuándo llamar al médico y no dudes en pedir ayuda si algo te parece raro. Mantén la calma e infórmate para que tu bebé esté cómodo y respire mejor.

Disclaimer

The information provided in this article is for general informational purposes only and does not constitute medical advice, diagnosis, or treatment. Always seek the advice of your physician or other qualified health provider regarding any medical condition. Momcozy is not responsible for any consequences arising from the use of this content.

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