Respuesta rápida
Sí, se puede amamantar durante el embarazo, pero hay consideraciones importantes a tener en cuenta. La lactancia desencadena la liberación de oxitocina, lo que provoca leves contracciones uterinas que no suelen ser peligrosas, a menos que haya antecedentes de parto prematuro. Además, las demandas nutricionales combinadas del embarazo y la lactancia hacen que necesites suficientes calorías, vitaminas y minerales para cubrir los requerimientos tanto del niño lactante como del bebé en desarrollo.
Introducción
Muchas madres se preguntan si se puede amamantar durante el embarazo y esta duda les provoca una serie de sentimientos abrumadores: les preocupa el efecto que tendrá tanto en el feto como en el bebé lactante. ¿Es seguro? ¿Habrá suficientes nutrientes para el niño mayor? ¿Y qué pasará con la lactancia de ambos tras el nacimiento? Son preguntas frecuentes. Y esta guía está aquí para responderlas con consejos prácticos.
¿Se ovula durante la lactancia?
Es cierto que la lactancia puede afectar la ovulación, aunque este hecho puede variar en cada mujer. El proceso de la lactancia -especialmente si se hace de forma exclusiva- libera una hormona en el cuerpo conocida como prolactina. Esta hormona contribuye a la producción de leche, pero al mismo tiempo suprime las hormonas que provocan la ovulación. Por este motivo, muchas mujeres no ovulan y, por tanto, no tienen la regla durante los primeros meses de lactancia exclusiva.
Sin embargo, hay que subrayar que no se trata de un método anticonceptivo garantizado. De hecho, la ovulación puede producirse en cualquier momento, ya que no se puede predecir cuándo se reanudará el flujo menstrual después del parto. La frecuencia y la duración de las tomas, entre otros factores, pueden afectar tu reloj interno para reanudar la ovulación. Algunas mujeres pueden empezar a ovular a las pocas semanas de dar a luz, mientras que otras pueden tardar varios meses, incluso un año o más. Una calculadora menstrual puede ayudarte a seguir estos cambios. Si te preocupa la posibilidad de quedarte embarazada y no quieres que ocurra, puedes consultar a tu médico sobre la posibilidad de utilizar un anticonceptivo.
¿Puedes quedar embarazada si estás dando el pecho?
Sí, puedes quedar embarazada mientras amamantas. Algunas madres que acaban de dar a luz utilizan la lactancia como método anticonceptivo natural, lo que se conoce como método de la amenorrea de la lactancia (MELA). Este método puede ser eficaz si se cumplen determinadas condiciones: la lactancia debe ser exclusiva, es decir, que el bebé reciba todos los nutrientes de la leche materna, sin leche de fórmula ni alimentos sólidos. Sin embargo, el MELA solo es fiable hasta seis meses después del parto y mientras no se hayan reanudado los periodos menstruales.
Aunque la lactancia materna puede proporcionar cierto nivel de protección anticonceptiva, hay varios factores que influyen en el riesgo de embarazo:
1. La lactancia materna frecuente y exclusiva, especialmente durante los primeros seis meses, puede suprimir la ovulación con mayor eficacia.
2. Si el bebé recibe lactancia materna exclusiva -lo que significa que no se le dan otros alimentos o líquidos- puede mejorar la anticoncepción natural.
3. La eficacia de la lactancia materna como método anticonceptivo disminuye con el tiempo, sobre todo después de que el bebé cumpla seis meses o si se reanuda la menstruación.
4. Una vez que se recupera el ciclo menstrual, la probabilidad de ovulación y, por tanto, de embarazo aumenta.
5. A medida que el bebé crece y empieza a consumir alimentos sólidos, la frecuencia e intensidad de la lactancia suele disminuir, lo que puede propiciar el retorno de la fertilidad.
6. Las respuestas hormonales individuales a la lactancia pueden variar, afectando la supresión de la ovulación de forma diferente en cada mujer.
7. La introducción de leche de fórmula o alimentos sólidos suele reducir el efecto anticonceptivo de la lactancia al disminuir la frecuencia de las tomas.
En pocas palabras, aunque la lactancia materna exclusiva puede retrasar el reinicio de la ovulación y reducir así la probabilidad de quedar embarazada, no es una protección infalible. Cómo funciona: la lactancia frecuente y regular -tanto de día como de noche- puede impedir que se liberen las hormonas que desencadenan la ovulación. Cuando se empiezan a espaciar las tomas, se incorporan biberones o la alimentación complementaria, o si el bebé empieza a dormir más por la noche, aumentan las probabilidades de ovular y de quedar embarazada.
¿Es seguro seguir dando el pecho durante el embarazo?
Sí, por lo general es seguro seguir dando el pecho durante el embarazo. Muchas mujeres siguen amamantando a un hijo mayor mientras están embarazadas de un nuevo bebé. Tu cuerpo puede alimentar tanto a tu hijo lactante como al bebé que está por nacer, siempre que tú misma ingieras suficientes nutrientes.
A continuación se muestran algunas consideraciones a tener en cuenta:
- Necesidades nutricionales: aunque tu cuerpo puede soportar la lactancia estando embarazada, debes obtener la cantidad adecuada de nutrientes para ti, para el niño lactante y para tu bebé en gestación. Esto suele implicar un aumento de la ingesta de calorías, con especial atención a los alimentos ricos en nutrientes.
- Niveles de energía: el embarazo ya es agotador, y si a eso le sumamos la lactancia, puede serlo aún más. Escucha a tu cuerpo y descansa cuando lo necesites. También es importante mantenerse hidratada, ya que tanto la producción de leche como el embarazo aumentan las necesidades de líquidos.
- Contracciones uterinas: se puede amamantar durante el embarazo, pero ten en cuenta que la lactancia promueve la liberación de oxitocina, lo que podría desencadenar ligeras contracciones uterinas. Por lo general, no suponen un problema y no son peligrosas para el embarazo en la mayoría de las mujeres. Es posible que el médico recomiende no seguir amamantando a mujeres con embarazos de alto riesgo o que presenten complicaciones como hemorragias.
- Producción y sabor de la leche: el embarazo puede interferir en la producción de leche materna y afectar su sabor, lo que puede provocar que el niño lactante quiera dejar de tomar el pecho. El cambio de sabor puede hacer que el niño se percate de la diferencia, lo que puede provocar su destete.
No tienes por qué dejar de dar el pecho solo porque has vuevto a quedar embarazada si tú y tu creciente familia están sanos y se sienten cómodos. Solo asegúrate de mantener un estrecho contacto con tu médico para garantizar que se satisfacen todas tus necesidades nutricionales y de salud.
¿Cuáles son los riesgos de amamantar durante el embarazo?
Aunque en la mayoría de los casos se puede amamantar durante el embarazo sin ningún peligro, existen algunos riesgos y consideraciones asociados a esta práctica. Es importante que conozcas estos posibles problemas para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu salud y la de tus hijos.
- La lactancia puede provocar contracciones uterinas: la lactancia materna estimula la producción de oxitocina, que provoca el reflejo de eyección de la leche y puede dar lugar a contracciones uterinas. La mayoría de las veces, estas contracciones en el embarazo no son perjudiciales y son de naturaleza leve. Pero si la madre tiene antecedentes de parto prematuro o complicaciones en el embarazo, es posible que el médico recomiende no dar el pecho durante el embarazo por el riesgo de inducir un parto prematuro.
- El embarazo y la lactancia aumentan las necesidades nutricionales: tanto el embarazo como la lactancia exigen mucho a tu cuerpo en cuanto a necesidades nutricionales. Si bien se puede amamantar durante el embarazo, necesitarás una buena cantidad de calorías, vitaminas y minerales para ti, para el niño lactante y para el bebé en desarrollo. Si no se cubre adecuadamente esa demanda, existe la posibilidad de que se produzcan deficiencias nutricionales que podrían afectar la salud y el desarrollo de ambos niños.
- Mayor fatiga por la doble exigencia: el aumento de las necesidades energéticas debido tanto al embarazo como a la lactancia puede provocar una mayor fatiga. Si te sientes demasiado cansada, es posible que te resulte difícil seguir el ritmo de las exigencias físicas de la lactancia y el embarazo.
- El embarazo puede reducir la producción de leche: son muchos los cambios hormonales que acompañan al embarazo y que pueden afectar tu producción de leche; por lo general, estos cambios se traducen en una disminución de la producción.
- El embarazo puede empeorar el dolor en los pezones y pechos: debido a los cambios hormonales, el embarazo puede afectar los pezones y los pechos, y si ya están adoloridos, puede empeorar el dolor durante las tomas.
En definitiva, aunque existen riesgos asociados a la lactancia durante el embarazo, la mayoría de las mujeres pueden controlarlos con los cuidados y la orientación adecuados.
Cómo dar el pecho durante el embarazo
Dar el pecho durante el embarazo puede ser gratificante, pero también conlleva sus propios retos. Aquí tienes algunos consejos para que el proceso sea más fácil para ti y para tus hijos:
- Prioriza la nutrición: haz de la nutrición tu prioridad para que tu organismo funcione a pleno rendimiento y puedas alimentar a un bebé lactante y a otro en desarrollo. Céntrate en una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Consulta a un nutricionista o a tu médico, ya que es posible que algunos alimentos no se ajusten exactamente a las mayores necesidades nutricionales que tu cuerpo está experimentando en ese momento.
- Mantente hidratada: la lactancia durante el embarazo aumenta las necesidades de líquidos del organismo. Así que bebe mucha agua a lo largo del día para que tu cuerpo esté bien hidratado, mantenga los niveles de energía y favorezca la producción de leche.
- Escucha a tu cuerpo: el embarazo ya es agotador de por sí, pero si a esto le sumamos la lactancia, la madre puede quedar aún más exhausta. Por lo tanto, escucha siempre a tu cuerpo y descansa cada vez que puedas. No tengas miedo de pedir ayuda a familiares o amigos para poder tomarte un respiro y descansar.
- Trata las molestias: es posible que te duelan los pezones y los pechos debido a los cambios hormonales del embarazo. Si te sientes incómoda al amamantar, prueba a ajustar el enganche del bebé o a cambiar la posición en la que lo sostienes. También puedes utilizar una crema para pezones sobre la zona adolorida.
- Vigila la producción de leche: las hormonas del embarazo pueden afectar la producción de leche, que puede disminuir a medida que avanza el embarazo. Si tu hijo mayor no está satisfecho con la cantidad de leche que recibe, considera ofrecerle alimentos sólidos (si tiene la edad adecuada) para complementar su nutrición.
- Comunícate con tu hijo mayor: a menudo, una sencilla explicación sobre la llegada del bebé en relación con los cambios en los patrones de lactancia responderá a sus preguntas. También suele ser una buena forma de prepararlo para un posible destete cuando sea necesario.
- Utiliza un sacaleches manos libres: compaginar el embarazo y la lactancia puede ser agotador, pero las herramientas adecuadas pueden marcar una gran diferencia. El sacaleches manos libres Momcozy Mobile Flow™ | M9 es perfecto para hacerte la vida más fácil. Gracias a su cómodo ajuste, podrás extraerte leche con confianza y sin complicaciones. Además, es portátil y permite realizar entre 4 y 5 sesiones con una sola carga, lo que resulta ideal para mamás muy ocupadas que no descansan, especialmente cuando tienen que ocuparse de un niño pequeño mientras se preparan para la llegada de un nuevo bebé.
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¿Mi leche materna tiene suficientes nutrientes para mi hijo mayor?
La leche materna es un alimento muy nutritivo y completo que aporta prácticamente todos los nutrientes que necesitan los lactantes y los niños pequeños. Si estás amamantando mientras estás embarazada, es natural que te preguntes si tu leche seguirá satisfaciendo sus necesidades nutricionales.
- Composición de nutrientes: si bien se puede amamantar durante el embarazo, a medida que este avanza, tu cuerpo empezará a dar prioridad a las necesidades del feto, lo que puede afectar la composición de la leche materna. Puede producirse una dilución de determinados nutrientes y una disminución del volumen total, sobre todo en las últimas fases de la gestación. No obstante, la leche materna durante el embarazo seguirá proporcionando a tu hijo mayor una importante nutrición y protección inmunitaria.
- Alimentación complementaria con sólidos: para los bebés de más de seis meses y que han empezado a consumir alimentos sólidos, la leche materna sigue siendo importante en la dieta, pero ya no como fuente principal de nutrientes, sino como complemento de los nutrientes que obtienen de una alimentación variada compuesta por frutas, verduras, cereales y proteínas. Asegurarte de que tu hijo tiene una dieta balanceada con la lactancia materna ayudará a cubrir cualquier posible carencia de nutrientes.
- Control del crecimiento y la salud: vigila el crecimiento y el estado de salud de tu hijo. Visitar al pediatra te ayudará a seguir los hitos del desarrollo y a garantizar una nutrición adecuada. El médico también puede aconsejarte sobre ajustes en la dieta si es necesario.
- Cambios en la producción de leche: la mayoría de las mujeres experimentan una disminución de la producción de leche durante el embarazo. Esto puede ser una señal para que el niño mayor reduzca de forma natural sus sesiones de lactancia o se autodestete. Si notas que tu hijo tiene más hambre o está menos satisfecho después de amamantarlo, es posible que tengas que complementar su dieta con otros alimentos.
Aunque el embarazo puede afectar el volumen y la calidad de la leche producida, sigue siendo un excelente complemento nutricional para tu hijo mayor cuando se combina con un aporte adecuado de alimentos sólidos.
Cómo cuidarme durante la lactancia estando embarazada
Cuidarse es especialmente importante durante el embarazo y la lactancia. Aquí tienes algunos consejos prácticos que te ayudarán a mantenerte sana y con energía durante esta etapa tan exigente:
- Mantén una dieta balanceada: tus necesidades nutricionales aumentan cuando estás embarazada y amamantando al mismo tiempo. Es importante comer alimentos variados y ricos en nutrientes, como fruta, verdura, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Puede que necesites más calorías, así que no dudes en consultar a un nutricionista o a tu médico para que te asesore sobre tu dieta.
- Mantente hidratada: tanto el embarazo como la lactancia pueden provocar más sed de lo habitual. Beber suficiente agua es fundamental para mantener las funciones corporales y la producción de leche. Intenta beber al menos de 8 a 10 vasos de agua al día, dependiendo de las necesidades de tu cuerpo.
- Descansa mucho: el cansancio es muy común durante el embarazo, y el hecho de amamantar a un hijo se suma a las exigencias físicas. Haz del descanso una prioridad, durmiendo siestas cuando sea posible y asegurándote de que duermes lo suficiente por la noche. No dudes en pedir ayuda a familiares y amigos para tomarte un respiro cuando lo necesites.
- Controla el estrés: compaginar las necesidades de un niño pequeño con el embarazo puede ser estresante. Practica actividades que te ayuden a reducir el estrés, como yoga prenatal, meditación, paseos tranquilos o cualquier pasatiempo que te ayude a relajarte.
- Cuida tu salud: acude regularmente a las consultas prenatales para controlar tu salud y el desarrollo de tu bebé. Comenta con tu médico cualquier inquietud, como el cansancio o los cambios en tu rutina de lactancia.
- Escucha a tu cuerpo: presta atención a lo que te dice tu cuerpo. Si te sientes demasiado cansada o incómoda mientras das el pecho, prueba con otras posturas o reduce las sesiones de lactancia si es necesario.
- Toma vitaminas prenatales: las vitaminas prenatales pueden ayudar a garantizar la ingesta de nutrientes esenciales como el ácido fólico, el hierro, el calcio y la vitamina D. Estos suplementos suelen recomendarse durante el embarazo, pero debes consultar a tu médico para saber cuáles son las mejores opciones para ti.
¿Puedo amamantar a los dos niños después del parto?
Sí, puedes amamantar tanto a tu recién nacido como a tu hijo mayor después del parto, una práctica conocida como lactancia en tándem. Muchas madres eligen esta opción para seguir proporcionando a ambos niños la nutrición y sensación de confort de la lactancia materna. A continuación, te explicamos los aspectos más importantes que debes tener en cuenta:
- Calostro para el recién nacido: durante los primeros días después del parto, tu cuerpo produce calostro, una leche rica en nutrientes esencial para la salud del recién nacido. Es importante dar prioridad al recién nacido durante estas primeras tomas, ya que necesita esta fuente concentrada de nutrición y anticuerpos para reforzar su sistema inmunitario.
- Balancear las necesidades: una vez que empiece a bajar la leche madura, normalmente entre el tercer y el quinto día después del parto, podrás amamantar a ambos niños. Tu cuerpo puede adaptarse para producir leche suficiente para los dos. Sin embargo, puede ser necesario experimentar un poco para encontrar una rutina que funcione bien para todos. Puedes decidir amamantarlos juntos o por separado, según te resulte más cómodo.
- Posición y comodidad: encontrar un lugar cómodo para amamantar a los dos niños puede requerir un poco de ensayo y error, pero definitivamente vale la pena una vez que encuentras lo que funciona mejor para ti y tus bebés. La almohada de lactancia multifuncional y ajustable Momcozy es perfecta para esta tarea. Se ha diseñado cuidadosamente para ayudarte a mantener una buena postura, aliviando la tensión en los hombros y el cuello, lo que hace que la lactancia sea mucho más agradable. Gracias a su generoso tamaño, proporciona a tus brazos un apoyo adicional, lo que resulta muy útil cuando tienes que ocuparte de dos pequeños. La correa regulable de la cintura permite que se ajuste perfectamente, tanto si es mamá como papá quien alimenta a los bebés, y el cerco de seguridad ayuda a mantener a los bebés seguros y cómodos.
- Manejo de la dinámica entre hermanos: la lactancia en tándem puede facilitar la transición del niño mayor, ya que mantiene su vínculo contigo y atenúa los sentimientos de celos o desplazamiento. Si tu hijo mayor ya habla, anímalo a que te cuente cómo se siente al compartir el tiempo de lactancia con su nuevo hermano.
- Consideraciones nutricionales: mientras estés amamantando a los dos niños, asegúrate de ingerir suficientes calorías y nutrientes para aumentar la producción de leche y mantener tus niveles de energía. Seguir una dieta balanceada y tomar vitaminas prenatales te ayudará a satisfacer tus necesidades nutricionales.
- Consulta a tu médico: mantén una línea de comunicación abierta con tu médico o con un especialista en lactancia. Pueden ofrecerte consejos adaptados a tus circunstancias personales y ayudarte a resolver cualquier duda que puedas tener sobre la lactancia en tándem.
La lactancia en tándem puede ser una experiencia gratificante, ya que fomenta la cercanía entre los hermanos y te permite mantener una conexión afectuosa con ambos niños. Como cada familia es diferente, es importante que hagas lo que te parezca más adecuado y te adaptes a la dinámica y las necesidades de tu familia.
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Lactancia en tándem: cómo amamantar a dos niños
La lactancia en tándem o con dos niños de distintas edades a la vez puede ser toda una aventura: llena de momentos únicos y beneficios que refuerzan los lazos familiares. A continuación te explicamos cómo conseguir que la lactancia en tándem funcione sin problemas:
Prioriza al recién nacido
Lo primero es lo primero: tu recién nacido requiere la máxima prioridad, sobre todo esos primeros días en los que debe recibir toda la nutrición vital y el refuerzo inmunitario del calostro. Por lo tanto, deja que tu pequeño se alimente el mayor tiempo posible antes de pasar a atender a tu hijo mayor, que quizá pueda esperar un poco más o incluso tomar otros alimentos sólidos.
Busca una postura cómoda
Cuando se trata de encontrar posturas cómodas para dar el pecho, hay que experimentar un poco. Algunas mamás prefieren la postura del balón para el recién nacido y la de la cuna para el hermano mayor, mientras que otras prefieren recostarse con ambos. Puede que haya que probar varias veces, pero cuando se da con la combinación adecuada, todo resulta mucho más agradable para los tres.
Alterna los pechos
Y no te olvides de cambiar de pecho durante la toma: es como compartir el amor entre ambos por igual. Esto no solo ayuda a mantener una buena producción de leche, ya que garantiza que ambos pechos se vacíen, sino que también mantiene a raya problemas como la congestión mamaria. Puedes dejar que el recién nacido se alimente de un lado por la mañana y cambiarlo por la tarde para mantener el equilibrio.
Establece una rutina
Establecer una rutina relajada puede simplificarte mucho el día. Ya sea amamantando a los dos niños a la vez o por turnos, depende en gran medida de lo que te parezca bien a ti y a ellos. La flexibilidad es clave para navegar por los vaivenes de la dinámica de tu floreciente familia.
Maneja la dinámica entre hermanos
Aunque puede ser interesante manejar la dinámica entre hermanos, se suele decir que la lactancia en tándem mitiga los celos, ya que ambos reciben su parte de mimos y momentos de conexión. Dile a tu hijo mayor que tenga paciencia y que participe en actividades sencillas que le hagan sentirse incluido, como ir a buscarle el pañal o cantarle a su hermanito.
Descanso y nutrición
Por último, pero no por ello menos importante, la lactancia en tándem va a agotar toda tu energía más rápido que cualquier otra cosa; necesitas reponer fuerzas. Mantén una dieta rica en calorías y nutrientes. Algunas opciones deliciosas son la avena, los frutos secos y las paltas, que no solo te ayudarán a mantener la producción de leche, sino que también te aportarán energía. Y no subestimes la hidratación: el agua, las infusiones o el agua de coco son excelentes opciones.
En definitiva, la lactancia en tándem es un viaje muy personal que puede ser muy gratificante para ti y para tus pequeños. Encuentra tu ritmo y mantén abiertas las líneas de comunicación tanto con tu familia como con tu médico, y te asegurarás de que esta sea una parte especial y enriquecedora de sus vidas.
¿Cómo desteto a mi hijo mayor?
El destete del hijo mayor de la lactancia materna es un hito importante que puede abordarse con delicadeza para garantizar una transición suave para ambos. A continuación, te mostramos algunas estrategias para facilitar el proceso:
1. Elige el momento adecuado para el destete: la elección del momento para el destete debe hacerse cuando el niño esté preparado y no haya grandes cambios en su vida, como una mudanza o el inicio de la educación preescolar, para evitar el estrés añadido durante la transición.
2. Disminuye las sesiones de lactancia gradualmente: ve disminuyendo poco a poco las sesiones de lactancia a lo largo de semanas o meses, eliminando primero la que menos le interese a tu hijo, lo que permitirá que ambos se adapten emocional y físicamente a medida que disminuye la producción de leche.
3. Distráelo con actividades divertidas: sustituye los momentos de lactancia por tentempiés, bebidas o actividades entretenidas como juegos o salidas, que pueden satisfacer la necesidad de sustento emocional y atención de tu hijo de una forma divertida.
4. Cambia tu rutina: haz cambios en la rutina diaria para eliminar de forma natural los indicios asociados a la lactancia; por ejemplo, cambia la rutina antes de la siesta e incorpora la lectura de un libro o los mimos en lugar de dar el pecho.
5. Más abrazos y consuelo: dale muchos mimos, abrazos y palabras que lo tranquilicen para que se sienta seguro y mantenga un fuerte vínculo afectivo mientras atraviesa el proceso emocional del destete.
6. Háblale de lo que está pasando: utiliza un lenguaje sencillo para explicar el proceso de destete a tu hijo si tiene edad suficiente para entenderlo, ayudándolo a sentirse más en control y menos ansioso por los cambios.
7. Sé flexible y paciente: prepárate para los reveses y permite que tu hijo tome el pecho de vez en cuando si no se encuentra bien o está molesto, mientras avanzas gradualmente hacia el destete completo a su ritmo.
8. Ve al ritmo de tu hijo: respeta el ritmo de destete de tu hijo y comprende que a algunos les puede llevar más tiempo que a otros, lo que se traduce en una experiencia más positiva para ambos.
Navega con confianza por el camino de la lactancia materna
Amamantar durante el embarazo y pasar luego a amamantar a los dos hijos o al destete puede ser un reto, pero sin duda es una experiencia gratificante. Independientemente de que sigas amamantando a tu hijo mayor durante el embarazo, decidas amamantar a los dos después del parto o empieces el destete, es fundamental que te centres en tu salud y felicidad y en la de tus hijos. Mantente informada hablando con tu médico, tu familia y grupos de apoyo para tomar las mejores decisiones para tu familia. Vive este momento tan especial con confianza y bondad hacia ti misma. Pide ayuda cuando la necesites para garantizar una experiencia de lactancia positiva para ti y tus pequeños.