Ver a tu bebé tener espasmos al dormir puede asustar, especialmente cuando ocurre varias veces por noche. La mayoría de los padres se preocupan por si estos movimientos espasmódicos son normales o un síntoma de algo grave. La verdad es que los espasmos durante el sueño suelen ser totalmente inofensivos y les ocurren a la mayoría de los niños pequeños a medida que se desarrolla su sistema nervioso. Esto es lo que necesitas saber sobre cuándo es normal y cuándo hay que preocuparse.
¿Qué son los espasmos musculares en los bebés durante el sueño? ¿Por qué dan espasmos al dormir?
Los espamos en el bebé durante el sueño son movimientos musculares involuntarios e inmediatos que se producen mientras duerme. Estas sacudidas pueden variar desde movimientos ligeros de los dedos hasta sacudidas de todo el cuerpo que también pueden despertar al niño. También se conocen como mioclonía del sueño o sacudidas hipnóticas, son muy frecuentes en los niños y tienden a producirse en las fases más ligeras del sueño, cuando el cerebro cambia de patrón de sueño.
Movimientos bruscos y espasmódicos de brazos y piernas
El síntoma más fácil de detectar es cuando el bebé inquieto mueve los brazos y las piernas durmiendo, se sacuden o patean repentinamente. Los movimientos pueden ser tan fuertes a veces que despertarán a tu hijo durante unos segundos, pero pueden seguir durmiendo. Por lo general, estos espasmos se producen cuando tu hijo se está quedando dormido o cuando se encuentra en las fases más ligeras del sueño, y solo duran unos segundos.
Espasmos faciales y movimientos oculares
El niño puede experimentar pequeños espasmos en la cara en forma de movimientos oculares rápidos con los ojos cerrados o espasmos ligeros en los músculos faciales. A menudo son menos evidentes que los movimientos de las extremidades, pero pueden resultar inquietantes para los padres que los observan. Los espasmos faciales durante el sueño suelen ser benignos y forman parte de la actividad cerebral normal durante la fase REM del sueño.
Sobresaltos o sacudidas de todo el cuerpo
A veces, los niños experimentan sobresaltos de todo el cuerpo que se sienten como si hubieran recibido una descarga eléctrica o una sorpresa repentina. Pueden ser más dramáticos que otros tipos de espasmos y pueden despertar a tu hijo brevemente o hacer que grite. Aunque pueden resultar alarmantes, los movimientos de todo el cuerpo suelen ser simplemente una forma más dramática de los espasmos normales durante el sueño.
Movimientos repetitivos de los músculos pequeños
Es posible que notes movimientos ligeros repetitivos, como espasmos en los dedos, movimientos en los dedos de los pies o pequeños movimientos en los hombros que se producen en series. Estos movimientos ligeros persisten durante muchos minutos y, en ocasiones, se producen en secuencia. Por lo general, son tan ligeros que no perturban en absoluto el sueño de tu hijo.
¿Por qué mi bebé tiene espasmos mientras duerme?
Los espasmos durante el sueño en los bebés se deben a una serie de razones normales relacionadas con su desarrollo. Estas causas te tranquilizarán y te darán paz mental la próxima vez que veas esos movimientos nocturnos.
El desarrollo del cerebro aún está en proceso
El sistema nervioso de tu hijo aún está madurando y su cerebro está aprendiendo a regular adecuadamente el movimiento muscular durante el sueño. Las conexiones nerviosas entre los músculos y el cerebro aún no están completamente desarrolladas, lo que puede provocar señales cruzadas que causan espasmos involuntarios. Esto es completamente normal y, de hecho, refleja que el sistema nervioso de tu hijo se está desarrollando como debe.
Los ciclos del sueño son diferentes en los niños pequeños
Los niños pequeños pasan más tiempo en la fase REM (movimiento ocular rápido) del sueño que los adultos, durante la cual tienen la mayor parte de sus sueños y se produce el crecimiento cerebral. Durante los ciclos de sueño activo, el cerebro envía mensajes a los músculos que pueden provocar espasmos y movimientos. Los ciclos de sueño de los niños pequeños también son más cortos y menos complejos que los de los adultos, y hay más cambios entre los ciclos de sueño en los que es probable que se produzcan espasmos.
Los brotes de crecimiento afectan el sueño
Cuando los niños atraviesan una etapa de crecimiento acelerado, sus cuerpos trabajan horas extras para desarrollar músculos, huesos y coordinación. Su desarrollo físico acelerado puede contribuir a un aumento de las sacudidas durante el sueño, ya que su sistema nervioso se acostumbra a su nuevo cuerpo. Las sacudidas serán más frecuentes cuando el niño atraviese una etapa de crecimiento significativo o adquiera nuevas habilidades motoras, como caminar o trepar.
El cansancio excesivo puede aumentar los espasmos
Los niños pequeños cansados son más propensos a sufrir espasmos durante el sueño que los que están descansados. Cuando los niños están cansados, su sistema nervioso se sobreestimula y se producen movimientos musculares más intensos y frecuentes durante el sueño. Por eso es posible que observes más espasmos después de días realmente agitados o cuando tu hijo no ha dormido la siesta habitual.
Procesamiento normal de la memoria muscular
Cuando duermes, el cerebro de tu hijo repasa todas las actividades y movimientos nuevas que ha aprendido mientras estaba despierto. Este proceso de "ensayo" que tiene lugar en el cerebro a veces provoca que sus músculos se muevan espontáneamente, como si estuvieran ensayando esos movimientos durante el sueño. En realidad, es una señal de que su cerebro está reforzando las habilidades motoras y los recuerdos esenciales que ha adquirido durante el día.
Cómo tratar la mioclonía del sueño en niños pequeños
Aunque la mioclonía del sueño suele ser un fenómeno normal del desarrollo que desaparece con la edad, hay varias medidas sensatas que puedes tomar para reducir la frecuencia y la intensidad de estos episodios de espasmos. Dado que, como se ha explicado anteriormente, el cansancio excesivo aumenta los espasmos, la solución para controlar este problema es mejorar el sueño.
Establece un horario de sueño constante
Crea una rutina para irse a dormir que se realice todas las noches a la misma hora. Acuesta a tu hijo y despiértalo a las horas programadas, incluso los fines de semana. Esto ayudará a regular su reloj interno y reducirá el cansancio excesivo, que puede aumentar los espasmos durante el sueño. Un niño descansado que tiene rutinas de sueño regulares suele experimentar menos movimientos musculares y menos intensos cuando duerme.
Crea una rutina relajante para la hora de acostarse
Empieza a relajarte entre 30 y 60 minutos antes de dormir con actividades relajantes como leer, escuchar música suave o darse un baño tibio. Evita las actividades estimulantes, como los juegos activos o ver la televisión, antes de ir a dormir. Una transición suave al sueño permitirá que el sistema nervioso de tu hijo se relaje, lo que puede reducir la sobreestimulación que provoca la mioclonía del sueño.
Asegúrate de que tu bebé duerma lo suficiente
Asegúrate de que tu hijo duerma la cantidad recomendada según su edad, que suele ser de 11 a 14 horas en total, incluidas las siestas, para los niños de 1 a 3 años. El cansancio excesivo provoca más espasmos, por lo que es muy importante evitar la falta de sueño. Si tu hijo está constantemente irritable o tiene problemas para conciliar el sueño por la noche, es posible que necesites dormir más tiempo en general.
Optimiza el entorno para dormir
Mantén el dormitorio fresco, oscuro y tranquilo para que tu hijo duerma más profundamente y mejor. Puede que sea necesario utilizar cortinas opacas y una máquina de ruido blanco para bloquear las distracciones. Un entorno cómodo para dormir permite que tu hijo pase más fácilmente por los ciclos del sueño, evitando incluso los periodos en los que es más probable que se produzcan espasmos.
Controle la estimulación antes de acostarse
Limita las actividades que puedan sobreestimular el sistema nervioso de tu hijo, aún en desarrollo, por la noche. Esto incluye limitar el consumo de azúcar, evitar los juegos estimulantes y mantener una rutina relajante por la noche. Dado que el sistema nervioso aún se está desarrollando y aprendiendo a regular el movimiento muscular, evitar la sobreestimulación puede ayudar a minimizar los espasmos durante el sueño.
Considera realizar actividad física ligera durante el día
Asegúrate de que tu hijo realice actividad física adecuada a lo largo del día, pero no cerca de la hora de acostarse. La actividad física moderada fatiga el cuerpo de forma natural y puede mejorar la calidad del sueño. Asegúrate de que no realice actividad física demasiado intensa 2-3 horas antes de acostarse, ya que dificulta que su sistema nervioso se relaje para dormir.
¿Cuáles son las diferencias entre los espasmos normales y los movimientos alarmantes?
Como padre que observa a su hijo pequeño tener espasmos durante el sueño, es natural preguntarse si lo que está viendo es normal o si requiere atención médica. La mayoría de los espasmos durante el sueño son completamente inofensivos, pero hay algunas diferencias clave que pueden ayudarte a determinar cuándo debes relajarte y cuándo debes llamar a tu médico.
| Espasmos normales durante el sueño |
Movimientos alarmantes |
| Cuándo ocurren: Se producen durante el sueño ligero o al conciliar el sueño |
Cuándo ocurren: Se producen durante el sueño profundo o mientras se está despierto |
| Duración: Dura entre unos segundos y un minuto |
Duración: Continúa durante varios minutos o más |
| Frecuencia: Ocasionalmente, no todas las noches |
Frecuencia: Muy frecuente o varias veces por noche |
| Tipo de movimiento: Movimientos espasmódicos y aleatorios de las extremidades o la cara. |
Tipo de movimiento: Patrones rítmicos, repetitivos o similares a convulsiones |
| Respuesta: El niño puede despertarse brevemente, pero vuelve a dormirse |
Respuesta: El niño parece angustiado, confundido o tiene dificultades para respirar |
| Partes del cuerpo: Normalmente brazos, piernas o músculos faciales |
Partes del cuerpo: Rigidez en todo el cuerpo o movimientos oculares inusuales |
| Impacto en el sueño: No altera significativamente el sueño en general |
Impacto en el sueño: Despierta al niño con frecuencia o impide que duerma plácidamente |
| Desarrollo: Disminuye a medida que el niño crece |
Desarrollo: Aumento de la frecuencia o intensidad con el tiempo |
Los espasmos normales de los niños pequeños durante el sueño son mucho mejores que los movimientos alarmantes, ya que desaparecen por sí solos y no afectan el desarrollo de tu hijo. Por otro lado, los movimientos alarmantes suelen empeorar con el tiempo y pueden ser señal de problemas de salud graves que requieren atención médica inmediata. En caso de duda, confía en tu instinto parental y no dudes en consultar a tu pediatra.
Cuándo llamar al pediatra por los espasmos durante el sueño
Aunque la mayoría de los espasmos que sufren los niños pequeños durante el sueño son totalmente normales, hay algunas señales de alerta que indican que debes llamar al médico. Confía en tu instinto: si algo no te parece bien en los movimientos de tu hijo, siempre es mejor que lo revisen.
1. Ocurre cuando tu hijo está despierto
Los espasmos normales durante el sueño solo ocurren cuando tu hijo está durmiendo, por lo que si los mismos movimientos rígidos se producen cuando tu hijo está despierto y jugando, entonces no es normal. Esto podría ser un indicio de un problema neurológico que debe ser revisado de inmediato.
2. Los movimientos parecen seguir un patrón
Si los espasmos son siempre el mismo movimiento, en lugar de movimientos espasmódicos, llama a tu médico. Los movimientos periódicos pueden ser en ocasiones una convulsión, que es muy diferente de los espasmos normales durante el sueño.
3. Tu hijo se altera durante los episodios
Las sacudidas típicas durante el sueño no deberían molestar en absoluto a tu hijo pequeño. Si tu hijo parece aterrorizado, tiene dificultades para respirar o parece desorientado cuando las sacudidas han cesado, llama a tu médico de inmediato.
4. Empeora con el tiempo
En la mayoría de los casos, los espasmos normales durante el sueño mejoran con el tiempo a medida que los niños crecen y se desarrollan, pero los movimientos anormales empeoran o se producen con mayor frecuencia. Si notas que los espasmos se intensifican o se producen con mayor frecuencia, es momento de hablar con tu pediatra.
5. Está arruinando el sueño de tu hijo
Si los espasmos despiertan a tu hijo repetidamente o le impiden dormir bien, eso es un problema. La falta de sueño puede afectar el crecimiento, el estado de ánimo y la salud general de tu hijo.
6. Observas rigidez corporal o movimientos oculares extraños
Si todo el cuerpo de tu hijo se pone rígido o sus ojos se vuelven hacia atrás o cambian de forma extraña, no se trata de espasmos normales. A veces, estos son signos de convulsiones, que deben ser tratadas por un médico de inmediato.
7. Algo no está bien
Tú conoces a tu hijo mejor que nadie. Si tu instinto paternal te dice que hay algo raro en esos espasmos, no ignores esa sensación: llama a tu médico y quédate tranquilo.
Cómo crear un ambiente óptimo para dormir para tu niño inquieto
Crear el ambiente adecuado para dormir puede reducir significativamente los espasmos nocturnos de tu hijo pequeño, ya que favorece un sueño más profundo y reparador. Cuando los niños están bien descansados y cómodos, su sistema nervioso está menos propenso a la sobreestimulación, lo que puede ayudar a minimizar esos movimientos espasmódicos durante el sueño.
Mantén la habitación fresca y cómoda
Mantén la habitación de tu hijo pequeño entre 65-70°F (18-21°C) para que duerma cómodamente. Una habitación demasiado cálida puede provocar un sueño inquieto y aumentar los espasmos, mientras que una habitación demasiado fría puede hacer que tu hijo se tense. Utiliza un ventilador o aire acondicionado para mejorar la circulación y considera la posibilidad de utilizar un humidificador si el aire es seco, ya que unos niveles de humedad adecuados ayudan a prevenir la irritación respiratoria que podría perturbar el sueño.
Añade sonidos relajantes y una iluminación suave
Un entorno de sueño constante con sonidos relajantes puede ayudar a tu hijo pequeño a pasar más fácilmente de un ciclo de sueño a otro, reduciendo la probabilidad de que se produzcan episodios de espasmos. El ruido blanco, los sonidos de la naturaleza o las canciones de cuna suaves pueden disimular los ruidos domésticos que podrían sobresaltar a tu hijo durante las fases de sueño más ligeras. La máquina inteligente de ruido blanco Momcozy ofrece 34 sonidos diferentes de alta calidad que puedes personalizar a través de una aplicación, lo que te permite encontrar la combinación perfecta para tu pequeño. La lámpara LED ajustable con siete opciones de color también puede proporcionar la cantidad justa de luz suave para la comodidad nocturna sin ser demasiado estimulante.
App Control Remoto
Rutina Dormir-Despertar
Luz LED 7 Colores
34 Sonidos
Elige el colchón y la ropa de cama adecuados
Un colchón que brinde soporte, pero sea cómodo ayuda al cuerpo de tu hijo pequeño a relajarse por completo, lo que puede reducir la tensión muscular que contribuye a los espasmos durante el sueño. Evita los colchones demasiado blandos o demasiado firmes: tu hijo debe hundirse ligeramente, pero seguir teniendo un buen soporte. Utiliza sábanas transpirables de fibra natural y evita las mantas pesadas que puedan causar sobrecalentamiento o hacer que tu hijo se sienta restringido.
Presta atención a los patrones y problemas del sueño
Lleva un registro de las noches más intranquilas para ver si se correlacionan con el cansancio excesivo, los cambios en la rutina o factores ambientales. Un monitor para bebés confiable, como el monitor inteligente para bebés con modo dual y 5 pulgadas Momcozy puede ayudarte a observar el sueño de tu hijo sin tener que entrar constantemente en su habitación. Con funciones como alertas de movimiento y grabación automática, puedes documentar las alteraciones del sueño y compartir esta información con tu pediatra si es necesario, mientras que la función de comunicación bidireccional te permite tranquilizar a tu hijo sin despertarlo por completo.
Retira las luces brillantes y los aparatos electrónicos
Retira o cubre cualquier aparato electrónico que contenga luces LED, ya que incluso una pequeña luz azul puede interferir con las hormonas naturales del sueño de tu hijo. Esto incluye cargadores de teléfonos, relojes digitales o luces nocturnas con pantallas brillantes. Si realmente necesitas algo de luz por motivos de seguridad, elige una luz cálida y suave que no perturbe tus patrones de sueño.
Asegúrate de que tu hijo se sienta seguro y cómodo
Un entorno seguro y cómodo para dormir ayuda a reducir la ansiedad y la sobreestimulación que pueden contribuir a los movimientos excesivos durante el sueño. Tu hijo debe sentirse cómodo y seguro en su entorno para dormir. Para los niños más pequeños que aún están en la etapa de transición desde el uso de pañales, las mantas suaves y ligeras pueden proporcionar esa sensación de seguridad sin ser demasiado restrictivas. Las mantas para envolver bebés Momcozy, fabricadas con viscosa derivada del bambú y algodón, se adaptan perfectamente a este periodo de transición, ya que son suaves, transpirables y lo suficientemente flexibles como para utilizarlas como cobijas, mantas para el cochecito o alfombras de juego a medida que tu hijo crece. Los materiales naturales ayudan a regular la temperatura, evitando el sobrecalentamiento que puede provocar un sueño agitado.
App or Parent Unit
Danger Zone Alert
Storage Supported
Vox Mode
Mantén el dormitorio sencillo y tranquilo
Mantén el dormitorio de tu hijo limpio y tranquilo para fomentar un ambiente relajante. Coloca la cuna o la cama lejos de las ventanas, donde las luces o los ruidos del exterior puedan resultar molestos. Asegúrate de que no haya esquinas afiladas ni objetos peligrosos cerca, por si tu hijo experimenta movimientos espasmódicos violentos durante el sueño.
Deja de preocuparte por los espasmos nocturnos y empieza a dormir mejor
Por lo general, los espasmos musculares durante el sueño en los niños pequeños no son motivo de preocupación y suelen desaparecer a medida que los niños crecen. Prioriza los buenos hábitos de sueño, un ambiente cómodo en el dormitorio y familiarízate con los signos que realmente requieren atención médica. Ten en cuenta que cada niño pequeño se desarrolla a su propio ritmo, por lo que lo que es normal para tu hijo puede parecer diferente al de otros niños. Si no estás segura, una breve conversación con tu pediatra puede resolver tus inquietudes y permitir que todos duerman más tranquilos.